Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

Mientras que esperamos las PASO en nuestro país con los precandidatos ya bien definidos y diría casi buena parte de cómo serán las tendencias en octubre, otro país del continente inicia el proceso de buscar posibles representantes: Estados Unidos.

El caso norteamericano siempre es interesante a la hora de seleccionar candidatos por su sistema electoral: con un arrastre de votos bien bipartidista, los enfrentamientos modifican unos pisos muy altos y techos muy bajos. En este caso los republicanos será una mera formalidad: el presidente Trump irá por 4 años más en la Casa Blanca (los moderados del partido harán un inútil intento por recuperar las riendas). Los demócratas por su lado, deberán reinventarse posterior a la dura derrota de Clinton en los últimos comicios y seleccionar un candidato que pueda rivalizar con el actual mandatario.

Hoy el debate dentro del partido Demócrata pasa por elegir un candidato más progresista (que sea la antítesis de Trump) o uno moderado que pueda “robar” votos republicanos. En un evento de dos noches, 20 precandidatos empezaron ayer a pasar por CNN debatiendo sobre los puntos más intensos de la política americana: inmigración ilegal, control de armas, el servicio de salud y el estado de la economía fueron algunos de los tópicos sobre los cuales se discutió.

¿Cuáles son los nombres más fuertes?

De los más progresistas diremos que Bernie Sanders (histórico referente del partido y del Senado, ya estuvo cerca de ser el candidato en las elecciones anteriores; lo consideran un “socialista”) y Elizabeth Warren ( senadora por Massachusetts, su línea es la de la protección del individuo y ganó notoriedad con la crisis económica del 2008).

Del lado de lo moderados aparece Joe Biden, ex vicepresidente de la gestión Obama, y el gobernador de Montana Steve Bullock y Beto O’Rourke, ex-representante por el Estado de Texas. A estos 4, que son quizá los nombres más fuertes y con más chances reales de llegar a una posible elección se suman la senadora Kamala Harris y candidatos con menos peso como el alcalde de South Bend, en Indiana, Pete Buttigieg, el empresario Andrew Yang, el alcalde de Nueva York Bill de Blasio y la autora Marianne Williamson entre otros.

Los precandidatos que llegan al debate deben tener al menos el 1% de apoyo en una serie de encuestas y contar con una ase de donantes a lo largo del país.

Del debate de anoche, que concentró a la mitad de los candidatos y a los dos más progresistas (Sanders y Warren) casi todos salieron bien parados, pero se notó la falta de ideas que no dependiesen de un contraste directo con las políticas de Trump. Con los demócratas tomando el camino “fácil” de la oposición, la sombra del presidente y su peso político estuvo presente toda la noche. 

La eliminación de los seguros de salud privados, una postura descriminalizada de la inmigración y una perspectiva bastante restrictiva en el control de armas (todas ideas consideradas progresistas) fueron las estrellas de la noche, lo cual cae un poco en el juego del actual presidente. Desde su grupo de análisis entienden que mientras más radical sea el candidato enfrente, más chances tienen de lograr una transferencia de los moderados demócratas a votar republicano. Buena parte del debate pasó por cómo le pueden ganar a Trump: si lo que hacen falta son grandes proyectos o si hace falta mostrarse moderado a fin de sumar a la mayor cantidad de votantes de su lado.

Con el debate de mañana seguramente se cementen como candidatos Biden, Harris y algún tapado que se sumen a los que hemos mencionado anteriormente buscando definir en septiembre si la tendencia del partido va hacia los moderados o los más progresistas. Luego, en las primarias los representantes (recordemos que en Estados Unidos las internas no son directas, sino que se vota por distrito a un representante que luego elegirá en la convención del partido al candidato) serán los que definan quién emprenderá el camino para 2020 y evitar la chance de reelección de los republicanos representados por Donald Trump. No parece sencillo el proceso, a pesar de las primeras encuestas de los medios americanos diciendo lo contrario, que Trump vaya a dejar el mando aún.

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