Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Algunos lugares, edificios o casas, por su historia, hacen que un frío aterrador nos corra por todo el cuerpo.

En Burgos, España, existe un pueblo deshabitado desde el 1800. Casi todas las epidemias posibles transitaron por allí (tifus, cólera y viruela). A pesar que por este solo aparecen curiosos turistas, se han detectado extraños sucesos. Ochate es conocido popularmente como un lugar maldito cercano a las más temibles desgracias, otros piensan que únicamente es un lugar misterioso. Lo cierto es que solo se mantienen en pie los restos de unas pocas casas y la torre de la iglesia de San Miguel.

Si nos circunscribimos a casas encantadas pronto aparece en nuestra memoria Amityville (en cualquiera de sus versiones). Cuenta la leyenda que el 13 de noviembre de 1974, un muchacho (Ronald De Feo) asesinó a sus padres y sus cuatro hermanos porque unas extrañas voces se lo ordenaron. 

Un año después una familia compró esa casa por un bajo precio, pero solamente logró vivir en ella un mes. Esta es la propiedad embrujada más famosa de Estados Unidos, ya que la noticia de la huida de la familia fue cubierta por varios medios de comunicación.

Dentro de la literatura encontramos “La caída de la casa Usher” de Edgar Allan Poe. La historia nace con un narrador anónimo que asiste a la casa de Roderick Usher. Este le ha escrito una carta donde describe una terrible enfermedad (posee hipersensibilidad a los sonidos, la luz, los olores y además padece de hipocondría sumado a una ansiedad profunda). Madelaine, su hermana gemela, también está enferma, adolece de catalepsia (cae en un sopor similar a la muerte). Roderick cree que la casa tiene vida propia y cuando su hermana muere implora al narrador que la sepulte en ella, antes de ser enterrada definitivamente. Roderick comienza a oír y ver cosas que cada día lo intranquilizarán más.

Poe describe con exactitud, esa ajustada línea que demarca la locura de la cordura, basado en una puntillosa descripción del perfil psicológico de los personajes. Los objetos (la casa, la grieta, el paisaje de la cripta) también representan la simbología que contrasta con la relación insana que mantiene Roderick con su hermana gemela. Demasiados misterios y secretos que buscan explorar la mente humana y conseguir poner en palabras sus miedos y su perversidad más insondable.

“La maldición de Hill House” de Shirley Jackson. Más allá de la serie popularmente conocida con ese nombre, este fue un libro publicado en 1959, pero en 1962 gozó de una impresionante publicidad gracias a la ocurrencia del marido de Shirley, quien publicó que su autora y esposa se dedicaba a practicar la brujería. Posteriormente lo desmentiría a fin de evitar el repudio social.

Es dable destacar que la serie no coincide integralmente con la versión original de la historia. 

La novela cuenta como un Doctor en filosofía y antropología, John Montague, se dedica a estudiar las alteraciones psíquicas que se presentan dentro de las casas encantadas. Así decide reunir un grupo en Hill House, con el fin que pase una temporada en ella y documentar los fenómenos paranormales que sobrevengan. En este relato, la autora plasmará detalladamente los aspectos más perversos que puede realizar un ser humano sobre otro. 

A pesar de haber sido una escritora que nació dentro de la literatura juvenil, versionó la literatura gótica con hondas raíces dentro del realismo psicológico. La idea de esta novela se desarrolló en Shirley luego de leer una investigación sobre una casa encantada (de la que quedaba sólo la fachada luego de un feroz incendio) que estaba en Nueva York. Así se creó un lugar con una maldad interior sin olvidar jamás que sus ocasionales ocupantes nunca podrían partir.

Casas embrujadas, hechizadas, con vida propia, con frío o calor repentino, con sonidos inexplicables, objetos que se caen y se mueven, luces que parpadean, lamparitas que se apagan y se encienden a su placer, objetos que desaparecen y aparecen, sombras extrañas,  raros comportamientos  de las mascotas, sensación que alguien nos observa, susurros y llantos, aromas, olores o perfumes que nos recuerdan a alguien; todos ellos representan el amplio abanico de los sucesos que suelen relacionarse con lugares extraordinarios. Todo vale a la hora de conocer algún acontecimiento real o ficcional y recuperar la capacidad de imaginar.

“No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor”. (Alejandro Dumas fue un escritor de novelas y obras de teatro que nació en Francia en 1802 y falleció en 1870).

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