Periodista de Tierra del Fuego.

 

Están quiénes vuelan con gran frecuencia por trabajo y parecen conocer a todos en el aeropuerto. En el caso de Abdul Omar Musaber, es la comisaría. Hoy tiene 19 años, pero su carrera en el crimen arrancó allá a lo lejos por sus tiernos 12: un niño, pero uno con un prontuario profundo. Musaber, nacido en Mendoza y hoy domiciliado en la Margen Sur de Río Grande, cuenta múltiples causas documentadas, principalmente enfocadas en resistencia a la autoridad y hurto.

Abdul Omar comenzó con crímenes como tentativa de hurto en 2014, un año tranquilo para él con solo una causa. Ya por 2015 (cuando rondaba los 16 años) avanzó al robar una motocicleta y empezó a sustraer bienes de hogares. Ya en 2017 se recrudeció la índole de sus crímenes: robando a punta de cuchillo un celular. En ese año solamente cosechó 6 causas, algunas con menos de dos semanas de diferencia.

Los vecinos de Río Grande ya conocen a Musaber y alertan ante su presencia en las redes sociales: saben que delinque recurrentemente y muestran su frustración ante nuevas noticias de sus múltiples detenciones. El foco siempre parece el mismo; sienten que la justicia actúa como una puerta giratoria para este tipo de actividades. Los damnificados pasan más tiempo en la comisaría realizando la denuncia que el delincuente en cuestión.

Lo de Musaber no se limita simplemente a robar: a principios de este año, más precisamente en febrero, agredió a su novia (ella menor de edad, él adulto). Por esta situación de violencia de género fue arrestado 24 horas por una orden judicial. Un mes después Abdul chocaba a un patrullero desde atrás con una moto. Comerciantes, vecinos y uniformados lo padecen: la violencia siempre está presente en los últimos años de sus delitos.

¿La justicia le falló a Abdul Omar Musaber? Sí, no supo otorgarle las herramientas para alejarlo de una vida de violencia y delincuencia. Comenzó yendo en contra de la autoridad, en la actualidad está graduado con robos y agresiones. Hoy la justicia le falla a los vecinos de Río Grande; dejando que un criminal violento continúe un raid por toda la ciudad acumulando crímenes como quién suma millas frecuentes.

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