En Viaje de un naturalista alrededor de mundo, Charles Darwin escribió “cuando en el Estrecho de Magallanes se mira hacia el sur; vistos desde aquel lugar, los numerosos canales que se hunden en la tierra, entre las montañas, revisten matices tan sombríos que parecen conducir fuera de los límites de este mundo”. Para el viajero e investigador, los paisajes fueguinos están impregnados de un halo de misterio que los hace únicos. Continúa, “una sola mirada dirigida al paisaje me basta para comprender que voy a ver en aquel lugar cosas completamente diferentes de las que hasta entonces he visto. Durante la noche se alza viento y pronto sopla tempestuoso, pero las montañas nos protegen”.
Tierra del Fuego resulta un desafío en todo sentido. Para los primeros viajeros occidentales, la tierra austral, resultó un paisaje, clima y cultura difícil de asimilar, o mejor dicho, no comparable a todo lo conocido hasta ese momento. Hoy, un par de siglos después, sigue seduciendo y extrañando de la misma manera.
La seducción a través de los paisajes de Tierra del Fuego salta a la vista, más trabajo cuesta acercarse a través del paladar. Pero basta con soltarle la rienda para descubrir, en cada condimento, en cada ingrediente, su esencia. Actualmente, los viajeros planifican su destino en base a la oferta gastronómica. Y en ese sentido, Tierra del Fuego tiene la mesa servida. La centolla del canal Beagle, merluza negra y el cordero patagónico son algunos de los platos autóctonos que convierten a esta provincia en una ruta gastronómica digna de recorrer. Los productos patagónicos han logrado obtener un reconocimiento internacional basados en materias primas autóctonas que son utilizados para crear excelentes platos de comida gourmet. Todos estos ingredientes sumados a la fusión de técnicas de los pobladores originarios y europeas influenciaron a la hora de desarrollar la cocina tradicional patagónica, que fue ganando terreno y logró establecerse como una de las principales atracciones de la región.
Si eres un viajero y tu destino es la Tierra del Fuego, entonces hay varios productos emblemáticos que no puedes dejar pasar por alto. Uno de los grandes manjares del océano atlántico sin lugar a dudas es este pariente de los cangrejos que puede llegar a pesar hasta 10 kilos, que se destaca por su sabor delicado y carnoso. La centolla, este sabroso crustáceo se pesca principalmente sobre el canal de Beagle en Tierra del Fuego, y es fundamental comerlo fresco o congelado apenas pescado ya que pierde tenacidad y sabor muy rápidamente. La forma más tradicional para degustar la centolla natural sugiere elegirla viva en peceras instaladas en los restaurantes, antes de ser cocida en agua hirviendo. También pueden encontrar La merluza negra. Es una de las especies más apreciadas del Mar Argentino. La llaman bacalao austral y en Chile, róbalo de profundidad. La merluza negra es difícil de capturar porque vive en aguas profundas, y de comer porque casi todo se exporta. Por eso y por su sabor no pueden dejar de probar este exquisito producto. Otro producto poco explorado es El Guanaco. La carne de guanaco es un producto probado y aceptado, fuera de la Patagonia se lo conoce muy poco. Pero ya se comenzó a exportar como carne exótica a la Unión Europea. En cuanto a su sabor, no tiene grandes diferencias con la carne vacuna. No obstante, sí se puede describir el escaso contenido graso (carne magra) y bajo colesterol.
Los mejillones del Canal son otro de los frutos de mar que se destaca en la cocina fueguina. La mayoría proviene de Puerto Almanza, un pueblo de pescadores ubicado a pocos kilómetros de la ciudad. Además de centolla, sus habitantes cultivan mejillones en unas líneas que flotan con una boya. La ventaja de estos cultivos es que los mejillones no entran en contacto con la arena, mejorando así su sabor. Y al mismo tiempo son muy sustanciosos por la buena alimentación que les garantiza la corriente del canal.
Y por último, el cordero patagónico. Denominación de origen para un producto de alta calidad. Su sabor es realmente distinto, magro y con bajo colesterol. El cordero fueguino es faenado con menos kilaje (más joven) que su pariente del norte, por lo tanto, es más tierno que el de la Patagonia continental. Esta lista está incompleta pero debemos comenzar por algo.
RECETA FUEGUINA
ARROZ BOMBA CON MEJILLONES DE PUERTO ALMANZA
Ingredientes
400 g de mejillones frescos
200 g de arroz bomba o carnaroli
1/2 cebolla
2 dientes de ajo
1 puñado de arvejas congeladas
1 ramita de perejil
1/2 vaso de vino blanco
Sal
Aceite de oliva virgen extra
500 ml de caldo
Preparación
Limpiamos los mejillones de barbas y suciedad. Los abrimos al vapor en un sarten con un poquito de agua y vino blanco, y si queremos una hojita de laurel. Escurrimos, sacamos las conchas a todos los mejillones menos a unos pocos para adornar. Guardamos un poco de líquido de la cocción. Aparte, en paellera echamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra, rehogamos la cebolla picada y los dientes de ajo. Agregamos el perejil picado y los mejillones sin concha, damos unas vueltas y vertemos el arroz junto al resto del vino blanco. Subimos el fuego, dejamos que se evapore el alcohol durante un minuto, bajamos un poco el fuego y agregamos el agua o caldo y un poco del que tenemos reservada de los mejillones. Dejamos cocer a fuego vivo durante cinco minutos, salamos, bajamos el fuego y esperamos otros 10 minutos. Unos cinco minutos antes de terminar de hacerse el arroz agregamos las arvejas. Sacamos el arroz con mejillones del fuego, adornamos con los mejillones con concha, dejamos que repose cinco minutos antes de llevar a la mesa.