Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

 

El viernes las figuras máximas del Norte y del Sur se reunieron en la antigua zona desmilitarizada, hoy renombrada Zona de la Paz, para firmar un acuerdo de entendimiento. Es un primer paso hacia la resolución del conflicto, pero quizá no tan grande como muchos piensan.

¿Es la primera vez que se reúnen?

Si y no. Hubo dos cumbres inter-coreanas  (2000 y 2007), pero siempre fueron los líderes del sur quiénes visitaron el Norte. La cumbre del viernes pasado tiene como hito el cruce del líder norcoreano al sur. En este caso Moon Jae-in (Sur) y Kim Jong-un (Norte) firmaron la “Declaración por la Paz, Prosperidad y Unificación de la Península Coreana de Panmunjom”.  [Link de la declaración en inglés aquí]

En la primera se discutió el tema de reunificación (se plantearon algunos puntos de base) así como una distensión en el conflicto. La de ahora dice claramente que los líderes se comprometen a iniciar una era de paz en al Península. La paz no está firmada aún (la guerra quedó en stand-by con el armisticio de 1953) pero se espera que este año firmen.

¿Qué dice la declaración?

Se va a firmar un acuerdo de paz a futuro entre las dos naciones. Esto está incluido dentro de reuniones con los Estados Unidos y con China. A su vez se realizarán actividades a fin de reconectar las relaciones de sangre entre norte y sur (las familias separadas por la guerra). Tengamos en cuenta que el conflicto lleva más de 65 años (1950-1953).

Ambas coreas proponen mejorar el intercambio comercial, la cooperación y visitas en todos los niveles, para mantener la sensación de reconciliación y unidad, algo parecido a la delegación conjunta en los juegos asiáticos de 2018.

Se promete una reducción de la presión militar en la península de ambos lados. Se elimina también la “guerra de propaganda” del sur en la zona desmilitarizada. Se establecerán zonas seguras para el tránsito marítimo y pesca.

Lo más importante quizá: ambos líderes confirman el objetivo común de desnuclearizar la Península Coreana.

Palabras más palabras menos el Sur se compromete a brindar ayuda humanitaria y comerciar con el Norte, así como finalizar sus campañas de propaganda si el Norte abandona sus ambiciones nucleares. La firma de un tratado de paz se manejará a 4 bandas para que los intereses americanos y chinos (involucrados en la guerra) tengan voz.

¿Reunificación?

En el título y nada más. Hay menciones al “espíritu reunificador” pero lo cierto es que aún es temprano para empezar a trabajar el tema. Hoy la prioridad es firma la paz y empezar a establecer lazos que refuercen la diplomacia entre ambos países; evitando que este acercamiento sea otro proceso más de distensión [Nota: la alternancia política en el Sur suele generar líderes más abiertos al diálogo con el Norte y otros con una postura más militarizada; por lo que depende el acercamiento de quién esté en Seúl]. Si la agenda de reuniones entre ambos países se mantiene, veremos (a mi entender) procesos de integración económica y social. El Norte necesita empleos que las empresas del Sur pueden proveer y el Norte aportará minerales al proceso productivo. Con un sistema de manufactura aceitado vienen los traslados de trabajadores de ambos lados hacia el otro, procesos de capacitación y lazos interpersonales del ir y venir. De mi parte no creo que una reunificación territorial y un sistema político común sean algo lógico por el momento.

¿Quién es Moon Jae-in?

De Kim Jong-un sabemos bastante, sean informaciones verídicas o campañas de difamación. De su par del Sur poco y nada, persona clave en la firma de la declaración.

Llegó al cargo luego hace menos de un año (con las elecciones de 2017) luego de la salida de Park Geun-hye (hija del dictador coreano Park Chung-hee, que gobernó entre 1961-1979) quién lo había derrotado en las elecciones de 2012.

Nacido en 1953 Moon es hijo de refugiados norcoreanos. Estudió derecho y, durante el gobierno de Park durante una protesta estudiantil fue preso. Fue reclutado dentro de las fuerzas especiales coreanas y luego de terminar el servicio finalizó la carrera de derecho. Sus inicios en política fueron a través de su amigo el ex-presidente Roh Moo-hyun, al cual conocía de su etapa como abogado de derechos humanos. Fue su confidente y rotó por varios cargos en la administración entre los años 2003 y 2008. Durante este período fue uno de los impulsores de la segunda cumbre entre Norte y Sur en 2007.

[Moon Jae-in en su etapa con las fuerzas especiales coreanas]

De una familia humilde, refugiados del norte escapando de la guerra, a ser el mejor de su clase para entrar a estudiar abogacía. Preso por organizar una manifestación estudiantil contra el padre de quién sería su rival política en la carrera a la presidencia. Con pasado militar que abandonó en pos de trabajar en demandas civiles y casos de derechos humanos la figura de Moon es interesante de por sí. Si a eso le sumamos que fue parte de los esfuerzos para la cumbre previa y podría ser quién firme un acuerdo de paz, la situación parece sacada de una película.

¿Qué reacciones surgieron de la cumbre?

Hay 3 jugadores grandes en la zona que tenían sus ojos puestos en esta cumbre. China, Japón y Estados Unidos. Del último diremos que se muestra optimista pero cauto; ven la reunión como un buen puntapié pero no todos los analistas se muestran seguros de la posición de Kim Jonhg-un.

[Después de un furioso año de lanzamientos de misiles y pruebas nucleares, una reunión histórica entre Norte y Sur está llevándose a cabo. Buenas cosas están pasando, pero sólo el tiempo dirá!.]

[Tuve una larga y buena charla con el presidente Moon de Corea del Sur. Todo está yendo bien, el lugar y fecha de la reunión con Corea del Norte está coordinándose. Además hablé con el primer ministro de Japon, Abe, para informarlo de las negociaciones.]

Japón, a través de declaraciones de su primer ministro Shinzo Abe, dijo algo parecido, pero históricamente cuenta con una postura más dura sobre el tema, considerando que los norcoreanos ofrecen poco y nada en acciones y reciben beneficios por abrirse al diálogo. Desde Tokyo quieren que haya paz pero tampoco creen que hay algo concreto para creer en los norcoreanos. ¿De China? Es el más cercano de todos al Norte y al parecer fue instrumental en que la cumbre fuese un éxito. Desde Beijing buscan que se reanuden las charlas de paz así como el diálogo sobre la denuclearización a 6 puntas ( China, Japón, USA, las dos Coreas y Rusia).

Palabras finales

¿Es la cumbre un momento histórico? Si, pero no tenemos que saltar a conclusiones. Se estableció una agenda de trabajo y se busca generar un diálogo más fluido entre Norte y Sur. Aún no se firmó la paz y aunque menos tensa, una chispa en la frontera podría escalar la situación a un año atrás. El Norte y la dinastía Kim sabe que el modelo económico de país que tienen no es viable, necesitan de apoyo externo. Su padre fue un experto en usar las armas nucleares como elemento de presión para conseguir beneficios económicos. Hoy los líderes mundiales tienen posturas más duras por lo que se exigirá más del Norte si quiere algo a cambio. El Sur es el que cuenta con más esperanza de los involucrados; quizá por el contexto de Moon. Tampoco es que en Corea del Sur todos quieren reunificación: los más conservadores (alineados con la anterior presidente) ven como un signo de debilidad sentar a dialogar con el Norte; como dato de color: grupos marginales piden a Trump que bombardee el Norte.

Japón y China desconfían, no es la primera vez que escuchan las promesas de paz, por lo que se mantendrán expectantes a la resolución de la situación con el correr del tiempo.

La reunificación está lejos e involucra factores de las propias coreas así como las posiciones de los grandes en la región. Corea del Sur ya es un competidor directo para muchos, si se le sumase mano de obra barata y acceso a materias primas más de uno temblaría. Si vamos a lo militar el Norte siempre fue un estado tapón para China, por lo que en mayor o menor medida, siempre los apoyaron por debajo de la mesa. Cada potencia llega con una agenda distinta e intereses opuestos; ninguna trabajará activamente para frenar las charlas de paz o reunificación, pero eso no siginifica que busquen agilizarlas.

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