La medida que prohibe la venta de bebidas alcohólicas en todo la provincia fue dispuesta por un decreto que firmó la ministra de Salud. Será menester de la policía control que los locales no exhiban estos productos. Recordemos que la policía provincial ya contaba con la tarea de controlar la circulación de vehículos, como en el resto del país.
“Se encuentra excluído el transporte, distribución y venta de bebidas alcohólicas en todo el territorio de Tierra del Fuego debiendo los comercio que se encuentren exceptuados de la obligación de cierre con venta al público, retirarlos de su exhibición”. Resolución 311/2020,
Ahora bien, ya sabemos la consecuencia, nos quedaría determinar la causa. Según cuentan los vecinos de la provincia en las redes sociales, ha habido algunos casos de personas que violan la cuarentena y fueron encontrados en estado de ebriedad por las fuerzas policiales. La pregunta sería: ¿Es necesaria una medida extrema como la prohibición para limitar a un par de casos excepcionales?.
La resolución trajo opiniones encontradas en las redes, con gente a favor, buscando que la cuarentena se cumpla y así aplanar la famosa curva de contagio; mientras que otros lo consideraron una restricción innecesaria que les quita la chance de poder comer o pasar un momento ameno en familia tomando algo.
Otro punto de análisis, quizá hilando más fino y hasta especulando, podría ser que desde Salud hicieron los números y con las proyecciones de crecimiento de casos, la situación referente a respiradores y camas de hospital vaya a estar en una situación compleja aún con la cuarentena. Sumarle casos que no entrarían en la estadística generaría un gran riesgo para la infraestructura sanitaria provincial. Quizá por eso optaron por una medida que limite un catalizador en algunas personas para romper el aislamiento obligatorio.
Lo que nos queda como punto claro, es que el consumo en exceso de alcohol es una problemática instalada en la provincia, con cierto contexto climático que repite el caso en los países nórdicos, pero que las prohibiciones en Tierra del Fuego, no suelen tener los efectos deseados. Por ejemplo, las penas por conducir en estado de ebriedad han aumentado con el correr de los años, pero se siguen incautando autos con test de alcoholemia positivos en gran volumen. En muchos casos las campañas de prevención o beneficios para los conductores designados en bares y boliches suelen tener mejor impacto.
Volviendo al decreto: ¿No podría esta medida abrir la puerta a la venta clandestina? Estos hipotéticos locales que deberían estar cerrados pero venden ¿Cumplirán con los protocolos de sanidad de los supermercados? ¿No podría ser la prohibición hasta contraproducente?. La cuarentena, sin importar la gravedad de la causa, nunca anula la circulación de personas, sino que la limita. No obstante, siempre está el “vivo” que cree que haciendo lo que le place no tendrá impacto en los otros: vimos en la televisión las autopistas en Buenos Aires colapsadas, los que quisieron irse a la costa atlántica para aprovechar el “fin de semana largo”, mientras la pandemia duplica los casos identificados por día en el país.
El Covid-19, aunque posea una tasa de mortalidad relativamente baja comparado con otras enfermedades, tiene un porcentaje de contagio alto y puede ser letal para los grupos de riesgo, más si las condiciones edilicias y de equipamiento son limitadas. No tomar consciencia que salir implica un riesgo para los otros y para uno mismo, no quedará limitado por un decreto que prohiba el alcohol, pero quizá tenga el objetivo deseado del ministerio de Salud.
