“La muerte de Iván Ilich” fue escrita entre 1884 y 1886 por Lev Nikoláievich (conocido en español como León Tolstói 1828-1910) y fue publicada en el año 1886. Esa obra se encuentra en el final de la producción del escritor ruso.
La historia inicia con la muerte del juez Iván Ilich Golovín.
Sus colegas piensan que se ha producido una vacante, su esposa pelea el precio de la parcela en el cementerio y arma una estrategia a implementar con el fin de incrementar el valor de la pensión. Expuesta la perspectiva laboral y familiar, Tolstói inicia la narración de la vida de Ilich. Allí en tercera persona nos cuenta las reflexiones de este juez ya en su lecho de muerte, los recuerdos aparecen en torno a su exitosa carrera y el casamiento con una de las jóvenes más bellas dentro de su círculo social. Aunque pronto todo ello logra desencantarlo. Su compromiso con el trabajo no era tal, su matrimonio transitó desde el principio un verdadero sendero gris atado sólo a la buena comida y la contemplación de una mujer respetuosa. Guardar las apariencias era lo importante. Así seguirá día a día, hasta que un accidente inesperado lo coloca en un lugar vulnerable. Reparar unas cortinas no podría haberse tornado más complicado.
El juez sabe que está muriendo poco a poco, lo rodean sus colegas y su familia, pero siente una soledad insoportable. Muchas noches cavila sus pensamientos y cree que el error ha radicado en el tránsito superficial por esta vida. En verdad no ha vivido.
Esta novela corta que inicia con su final nos describe y pone el acento en la importancia del aquí y el ahora como elementos esenciales, la relevancia de la salud, la superficialidad dentro del contexto de los estratos más altos de la sociedad, la inevitabilidad de la muerte, la magnitud de la ira, la significación de la negación, la resignación ante el dolor y el sufrimiento físico.
En verdad siente que va muriendo y a nadie la importa. Quizás esa caída de la escalera cuando pretendía reparar unas cortinas, simbolice que se encontraba en lo más alto de su carrera y ese accidente desencadenó la decadencia de una vida mal vivida.



