Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

“… En esta escuela del mundo/ ni siendo malos alumnos/repetiremos un año,/ un invierno, un verano.

No es lo mismo ningún día,/ no hay dos noches parecidas,/ igual mirada en los ojos,/ dos besos que se repiten…” (Nada dos veces del libro “Saltaré sobre el fuego” de Wislawa Szymborska (Kornik, Polonia 1923- Cracovia, Polonia 2012).

Fue la ganadora del Premio Nobel de Literatura en el año 1996.

Sus textos están cubiertos por ensayos, poesías envueltas por la inocencia que parece inexplicable para una mujer que viviría hasta sus ochenta y nueve años en Cracovia. Los avatares políticos, la ocupación nazi, los sucesos de la posguerra influenciaron su literatura, pero ello no la alejó nunca de la candidez de su palabra. Claro que tampoco se ahorraría comentarios sarcásticos a la hora de describir la realidad con humor.

En su juventud fue afecta al régimen estalinista y nunca lo ocultó, pero ya adulta sus ojos vieron realidades diferentes y dejó atrás los arquetipos. Especialmente luego de participar en la edición de la revista Kultura en la cual aparecían publicados los textos de aquellos escritores polacos que habían tenido que exiliarse. 

Ahora lo pequeño, lo imperceptible se hacía evidente en su poesía. Parece que podía hablar con voz propia. Recuperar su lengua a pesar de las prohibiciones del régimen. Pero las primeras participaciones en una revista literaria (tenía tan sólo 21 años) fueron al inicio de su vida universitaria. Se trataba de un suplemento literario que pertenecía al Diario Polaco (Dziennik Polski) y el poema elegido fue “Busco la palabra” (publicado en el año 1945). Su voz va acechando a los fantasmas de la guerra, dejando a un lado el dolor de lo perdido, asumiendo la muerte, elaborando el duelo, ansiando mirar un campo sembrado y no uno ensangrentado por la batalla.

“Quiero definirlos en una sola palabra:/¿Cómo son?/Tomo las palabras corrientes,/robo de/los diccionarios,/ mido, peso e investigo./ Ninguna responde…” (Fragmento dl poema “Busco la palabra”)

Años más tarde, Szymborska expresó en una entrevista que si no hubiera existido la publicación de este poema ella no se hubiera convertido en escritora. Quizás la época que le tocó vivir hizo que la esperanza, la ironía, la inocencia y la simpleza se apoderaran de su poesía para mirar con ojos bondadosos los horrores de la ocupación, el encierro y la guerra.

“El mundo es cruel, pero merece también otros calificativos más compasivos” (Wislawa Szymborska).

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