Lu Xun (o Lu Hsun 1811 Shaoxing Fu – 1936 Shanghái, China) es considerado el padre de la literatura moderna de China. Sus seudónimos también fueron Zhou Shuren, Cheu Shujen y Lu Sin. Pero su verdaero nombre era Zhou Zhangshou. Su familia fue poderosa hasta que cayó en desgracia con la condena por corrupción dispuesta a su abuelo, el cual era funcionario. Así su vida recorrió la gloria y el ocaso siendo muy joven. Su formación atravesó los caminos de las protestas estudiantiles contrarias al Tratado de Versalles (este acuerdo de paz firmado el 28 de junio del año 1919 por más de cincuenta países limitó a Alemania militar y geográficamente).
Una de sus primeras obras se dio en llamar “Diario de un Loco” (la cual fue escrita en el año 1918) ella posee dos narradores los cuales realizan una crítica a la sociedad confuciana que tras la caída de la dinastía, seguía moviendo los hilos de China. Ese diario trae la confesión de “un loco” el cual cree que todos quieren matarlo, en verdad comérselo. “Todos quieren comer hombre, y al mismo tiempo tienen miedo de ser comido por los demás. Por eso todos se espían unos a otros, con miradas penetradas de desconfianza…” ( “Diario de un loco” de Lu Xun). Así en estas treinta páginas, Lu Xun plasma los desvarios de un hombre el cual cree que sus amigos, vecinos y familia son verdaderos caníbales. Claro que los pensamientos de este ser diferente y atormentado nada contra la corriente de su propio entorno. Tal vez ello sea lo más atractivo que desea transmitir Lu Xun en su narración.
En “La verdadera historia de AQ”, Lu Xun pone manos a la obra con el fin de contar una historia verídica, pero como dice Confucio:” Si el título no es correcto, las palabras parecerán inverosímiles”, por lo cual esta pretende ser una biografía oficial. La historia fue escrita en el año 1921 y en ella un investigador desconocido cuenta la historia de AQ. Estas iniciales identifican a alguien, pero no se sabe con certeza quién es. Lo que sí se conoce de él es que es pobre y muy trabajador. El destrato que recibe a diario en las casas donde realiza tareas domésticas lo convierte en un ser que busca una vida diferente y su horizonte parece comenzar a ampliarse en un viaje a Weichuang. Una pequeña fortuna ya le pertenece y los cambios emergen, no obstante nada parece ser para siempre y regresa al sueño de la revolución. Gloria y decadencia, conquista y derrota.
En consecuencia Lu Xun no sólo dejó cuentos y novelas cortas, sino más de ochocientos ensayos de carácter político y relatos históricos.
En 1903 escribió un breve estudio sobre la geología de China en la cual expresaba su irritación ante el despojo de las riquezas minerales que las naciones imperialistas realizaron a su nación. No sólo fue un escritor destacado, sino que también fue un hombre que tomó partido por las luchas revolucionarias de su pueblo. Creía fervientemente en una China donde lo humano y lo espiritual tuvieran una supremacía por sobre lo material.