Periodista de Tierra del Fuego.

El de este martes, fue un discurso atípico en lo que refiere al historial del intendente capitalino Walter Vuoto. Si bien su carismática informalidad y el diálogo con el público permanece intacto, hubo más de un cambio con respecto a otros inicios de las Sesiones Ordinarias en el Concejo Deliberante.

En un tono mucho más maduro y, según sus propias palabras racional, Vuoto hizo un repaso por las más de 138 obras que impulsó a lo largo de su gestión. Los logros históricos, los detalles pequeños, las peleas con los hoy aliados. En la sonrisa del intendente había un dejo de nostalgia, casi como si fuese la última de unas cuantas.

El discurso, aunque apuntalado en la gestión, las obras y los nuevos dispositivos municipales, nunca dejó la esencia del mandatario: de lengua filosa, como su líder política, la vicepresidente. Así, Vuoto le recordó al hoy subsecretario de Cultura, Silvio Bocchicchio, cuando votó en contra de una ordenanza y volvió a traer al ruedo al rector de la UNTDF, Daniel Fernández, el pedido del gobernador Melella para que la universidad llegue a Tolhuin, en réplica a las declaraciones de Harrington hace una semana.

Si bien esto no es una gira de despedida, ni un “Last Dance” para los más basquetboleros, hay un poco de recapitulación del intendente por sus casi ya 8 años de gestión. Se hizo memoria sobre la época de las vacas flacas con Macri al inicio de todo, así como las obras y nuevas responsabilidades que tomó el municipio en este período. La Secretaría de la Mujer y de Malvinas son quizás, junto con la nueva Carta Orgánica, el legado de Vuoto a Ushuaia. Para bien o para mal, depende el ojo del lector, Walter municipalizó la ciudad. Ya sea facilitando el acceso a derechos, acercando más programas nacionales en la última etapa o pensando una institucionalidad local que hace más que veredas y asfalto. La UISE, el acceso a la vivienda con propuestas como la Urbanización General San Martín, el trabajo con el Procrear son algunos ejemplos claros. No obstante, el recorrido de trayectoria es con el afán de tomar impulso: en el correr de los próximos días presentará un proyecto buscando generar el Instituto Municipal de la Vivienda para seguir atacando la problemática en la capital provincial y para abril el servicio de colectivos sumará 8 nuevas unidades, siendo 4 adaptadas para personas con discapacidad.

Esa tensión que se sostuvo por buena parte de su misiva frente a las y los concejales y la militancia que ocupó el gimnasio Don Bosco, llegó a su cenit junto a sus palabras finales. El mandatario destacó que “si bien siempre soñamos con gobernar la provincia, hoy no voy a ser el que rompa la unidad en el campo popular”. Así, el intendente dejó explícito su acompañamiento total al gobernador Gustavo Melella en su búsqueda de la reelección, dando a entender que en sus horizontes está un tercer mandato en el ejecutivo municipal.

La intención de Vuoto al expresarse viene a explicar un poco su decisión política para este próximo período electoral. Viendo la fragmentación e internas que atraviesa el espacio a nivel nacional, y en aras de no “entregar” la provincia a la derecha, el mandatario local mostró hoy la cintura política que uno esperaría de un o una dirigente más entrado en años. Parece que juventud no siempre es sinónimo de impetuoso o impaciente, o al menos en el caso del presidente del Partido Justicialista.

Como buen peronista, Vuoto tampoco dejó pasar la oportunidad para destacar estos avances en materia de gestión, pudiendo mantener al mínimo el impacto en los sectores más vulnerables. A mucho orgullo, el mandatario leyó buena parte de los precios de los boletos en el resto del país, quedando Ushuaia en $47, menos de la mitad que ciudades como Bariloche, Formosa, Rosario o Bahía Blanca. Si a ello le sumamos los procesos de titularización de licencias para taxis y remis, parecería que la línea de gestión es que viajar es un derecho, no un privilegio.

La modernización fue un tema tratado a lo largo del discurso: la ventanilla digital, aunque acelerada en su implementación actual por la pandemia, es una herramienta que reúne los trámites municipales y es un gran acierto que vimos replicarse en casi todos los distritos del país. 

Entre las obras más fuertes que presentó para lo que será este año, aparecen la Residencia de Adultos Mayores, a la que declaró como su “obra favorita”, la licitación del Edificio del CAAD, el Centro Preventivo Local de Adicciones CEPLA, los trabajos en la pasarela entre Bahía Encerrada y Bahía Ushuaia, el paseo a cielo abierto en Kuanip y la peatonalización de la San Martín, estas últimas tres parte de sus gestiones con la CAF. Sobre la relación con el Banco de Desarrollo de América Latina y el crédito que permitirá impulsar estas tres obras, Vuoto le dedicó un “palito” a sus usuales críticos referido a su viaje a Colombia.

Más cerca del final, el tema de la demanda habitacional y los esfuerzos municipales por generar suelo urbano volvieron a relucir. Allí, sacando chapa de las gestiones propias y de las y los senadores en Buenos Aires, Vuoto destacó la entrega de 400 viviendas de Procrear, la regularización de la Urbanización General San Martín, los más de mil créditos parte de Casa Propia y la llegada de un posible Instituto Municipal de la Vivienda, que habilitaría la construcción de unas 500 soluciones habitacionales más.

Aunque nostálgico en buena medida, el discurso parece ser una carta del intendente a sí mismo y a su militancia con el objetivo de tomar aún más fuerzas y encarar el futuro. La Carta Orgánica fue un gran paso en este camino que su gestión busca transitar, pero aún quedan deudas pendientes con la comunidad en la búsqueda de una Ushuaia más equitativa y próspera para todos y todas.

Ahora, son el Hospital Veterinario Público, iniciativa del Convencional Oyarzún, seguir impulsando el turismo como derecho social, las actividades culturales y mejorar el acceso al hábitat de forma sustentable para el medio ambiente, algunas de estas nuevas metas.

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