Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Miguel de Unamuno (Bilbao, España-1864-Salamanca, España-1936) fue uno de lo mayores exponentes de la Generación de 98 junto a Machado (Sevilla, España-1875, Colliure, Francia-1939) y Ortega y Gasset (Madrid, España-1883, Madrid, España-1955). 

Los procesos políticos que atravesaba España ocupaban su tiempo, su mente y sus letras. Ello hizo que fuera desterrado en el año 1921 a Fuerteventura (es la segunda isla más grande de Islas Canarias) hasta que un tiempo después se autoexilió en Francia. Ese camino que iniciaba lejos de su patria se reflejaba en una carta escrita para la ocasión, donde decía:” Me duele España”. 

Su lucha fue íntima, se debatía entre el poder de la razón enmascarada en sus artículos plagados de pensamientos y su corazón, el cual solo sabía tener presente a su nación. 

Era un convencido que su palabra podía aportar al cambio para transformar la dura realidad de un proceso dictatorial. Pero no solo la filosofía guiaba su vida. En el año 1914 (cuando Europa atravesaba una fuerte crisis cimentada sobre la Primera Guerra Mundial) su novela más famosa se llamó “Niebla”, la cual fue editada en ese mismo año, sin embargo había sido finalizada en el 1907. En ella cuenta como un joven abogado de buena posición llamado Augusto Pérez no encuentra rumbo en su vida luego de la muerte de su madre. Ella había quedado viuda, él era su único hijo, ello quizás lo hizo verse siempre como un ser triste y solitario. Pero como todo puede cambiar, el amor parecía llegar de la mano de una bella pianista, Eugenia Dominga del Arco. 

Esta obra plantea una bifurcación profunda entre lo que se dice, se piensa y se actúa. En medio nace, crece y se desarrolla la duda. Así como Descartes necesitó un punto de partida firme para construir la génesis de la filosofía; llega el ocaso de la ilusión para Augusto. Él ya sabe la verdad o al menos la intuye.

Unamuno teoriza sobre el amor, la vida, la religión, la inmortalidad y el complejo entramado de la sociedad de su tiempo.

“La calle forma un tejido en que se entrecruzan las miradas de deseo, de envidia, de desdén, de compasión, de amor, de odio, de viejas palabras cuyo espíritu quedó cristalizado, pensamientos, anhelos, toda una tela misteriosa que envuelve las almas de los que pasan”.

Así la niebla dulcifica los límites de la realidad y la ficción.

“Abel Sánchez” fue otra novela escrita por Unamuno en el año 1917, en ella revela el carisma y la popularidad de un pintor llamado Abel. Joaquín Monegro es médico y amigo de la infancia de Abel. Él siempre se sintió opacado hasta el punto de percibir la traición más atroz cuando se casa con Helena (su prima, de la cual Joaquín estaba enamorado). Historia de una pasión es el subtítulo de esta obra, lo cual no es casual. El odio y la envidia ofrecen una versión diferente de la historia bíblica de Caín y Abel.

Las composiciones literarias de Unamuno reflejan por un lado su incondicional amor a la patria y por otro lado lo sitúan en la primera fila de la filosofía contemporánea de España. 

En sus obras se encuentra presente la raíz que sostiene temas tales como: la inmortalidad, el paso del tiempo, la muerte, la vida, los sueños, la representación “del otro”, la estupidez humana, la mentira y los sentimientos negativos.

“La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual” (Miguel de Unamuno, España 1864-1936).

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