Hay anuncios que marcan un antes y un después en una gestión. Tras bambalinas, cuentan con intensos meses de negociaciones y trabajo técnico arduo, cosechando un documento o acuerdo como primer paso de la empresa a conformarse. Desde el lado político, estrictamente hablando, son una piedra angular para el racconto histórico sobre un mandatario y su legado.
La noticia de una inversión por 1.250 millones de dólares en la provincia no es poca cosa; mucho menos cuando hablamos de un gigante energético como Shaanxi Coal and Chemical Group siendo quién respalda la misma. Con la firma de un memorándum de entendimiento para sellarla, dicha apuesta productiva de una de las empresas mineras más grande de China, buscará establecer una planta en Tierra del Fuego con una producción estimada de 900.000 toneladas de urea y 600.000 toneladas de amoniaco sintético anual, junto a otros derivados del gas.
Los números, que pueden resultar impactantes y un poco difíciles de abstraer, tendrán como resultado concreto para el fueguino y fueguina un par de cosas pensando a futuro: mayor recaudación del Estado Provincial, que así podrá hacer frente a nuevos compromisos u obras de infraestructura; la llegada de dólares al país, que aliviarán las golpeadas reservas del Banco Central y una cosa por sobre todas: trabajo en la isla.
Si bien es de conocimiento general que los hidrocarburos son una industria de capital intensivo: aquellas que mueven mucho dinero, pero generan poca mano de obra, al hablar del procesamiento e industrialización del gas, las plantas suelen contar con un volumen de operarios mayor al existir un proceso de refinamiento, en oposición a la simple extracción del pozo que ya conocemos. El famoso debate sobre las economías extractivas y las transformadoras es tan viejo como la Argentina, tenemos a próceres como Juan Manuel Belgrano, que ya hablaban de “no exportar el cuero, exportar los zapatos”. Después vino la famosa “sustitución de importaciones” del modelo del Estado de Bienestar de Perón, que buscaba generar los insumos industriales en el territorio, evitando así caer en una dependencia de agentes externos.
Con sus más y sus menos, cada gobernante argentino ha puesto sus matices a esta problemática multigeneracional, pero parece ser de acuerdo común para el arco dirigencial que la única forma de salir adelante es produciendo bienes con mayor grado de transformación: generando industria.
Es por eso que este tipo de anuncios, que además cuentan con respaldo de ambos estados nacionales y empresas de gran volumen, ilusiona un poco a quién les escribe, así como aquellos abocados a la industria hidrocarburífera.
Esta concreción en un memorándum de entendimiento, un documento que puede ser vinculante entre las partes y establece un compromiso sobre uno o varios temas en específico, viene luego de algunas noticias que surgieron de la reunión de Sergio Massa, el flamante superministro, y el embajador chino en Argentina Zou Xiaoli. Con una agenda de fuerte pisada en la minería y los hidrocarburos, ya habían deslizado la posibilidad de instalar una planta de fertilizantes en Tierra del Fuego. Ahora, con el anuncio que involucró al gobernador Gustavo Melella y el secretario de Industria y Desarrollo Productiva de la Nación, José de Mendiguren, parece que las tratativas avanzan a buen ritmo y no estaríamos lejos de encontrarnos con los primeros trabajos de campo para realizar los estudios técnicos correspondientes.
La sintonía fina de Melella con el Ejecutivo Nacional sigue siendo muy positiva a pesar de los cambios en el gabinete nacional y, sin importar el nombre del funcionario, su buena llegada con el presidente Alberto Fernández le permite seguir avanzando en la gestión de su proyecto de diversificación de la matriz productiva. Del otro lado de la alianza del Frente de Todos no parece haber roces tampoco: Sabino Vaca Narvaja, embajador argentino en China y hombre del riñón de la vicepresidente Cristina Fernández, fue fundamental en la rúbrica del acuerdo.
Si bien la parte diplomática es interesante, pasemos a lo más jugoso: ¿Por qué China invierte en la provincia? ¿Qué podemos esperar de este tipo de anuncios?.
La razón de la inversión es sencilla: China entiende que Argentina tiene ventajas inherentes al territorio y es beneficioso para ambas partes si hay una transferencia de capital y tecnología desde el gigante asiático. En criollo: Argentina tiene los recursos naturales, mientras que China tiene la plata y la tecnología para transformarlos. China, qué tiempo atrás sufrió con las potencias europeas del modelo extractivo que nada dejaba en el país, suele tener un approach más integrador con el Estado con el que realiza negocios. Ya sea con la instalación de plantas de empresas privadas o empresas conjuntas, opera en el país que está presente el recurso, expandiendo así sus negocios e influencia en el área. Un punto importante a tener en cuenta siempre que hablemos de China es que el componente privado y público siempre van de la mano: mucho más si hablamos de sectores productivos críticos como son la energía. Shaanxi además de producir químicos industriales, es una de las empresas más grandes en el área del carbón, combustible que representa el 56% de la energía consumida en 2021 para el país del este.
Ahora bien, explicadas brevemente las causas del interés de un acuerdo por parte de China, pensemos en los posibles beneficios para la isla. Por un lado, el componente para un país como el nuestro que atraviesa una crisis económica es el empleo. Como antes mencionamos, no obstante de ser una industria que no es de mano de obra intensiva, al contar con un proceso de transformación, los hidrocarburos generan una cantidad nada despreciable de empleos y sus salarios suelen ser buenos en comparación con otras áreas de la economía.
Así también, contar con una futura producción de amoniaco sintético y urea abre la puerta a nuevas posibilidades para industrias ya instaladas en la isla; ya sea por presentar costos más accesibles en sus insumos o presentar bienes que antes no se encontraban al alcance. Si bien buena parte de la producción interna estará destinada al agro por las propiedades intrínsecas de tanto el amoniaco como la urea, no es descabellado pensar que un remanente, considerando la escala de producción proyectada y las necesidades de nuestras industrias locales, pueda abocarse en el caso de la urea a la producción de resinas o para la industria maderera en la fabricación de contrachapado y tableros de fibra de densidad media. Quizá el uso más conocido de la urea para las y los fueguinos sea la limpieza de las calles en la época invernal, otro problema que podría resolverse de forma más eficiente y sin tanta logística al contar con una planta en la isla.
También hay buenas noticias para el comercio inter-provincial: la industria de celulosa y papel produce unas 810.000 toneladas anuales que son principalmente para el consumo interno. Contar con mayor disponibilidad de insumos críticos facilita el crecimiento de producción y abarata costos, además de brindar mayores certezas a la hora de planificar hacia el futuro.
Ya en el apartado exportador de la producción, dependerá en gran medida de las necesidades del mercado, así como el contexto de otros territorios dedicados a la producción de este tipo de bienes. Lo que si podemos analizar es el impacto que tendrá la instalación de una nueva planta en la Provincia y en su entramado económico. Este boom productivo que habría a futuro nos habla de un mayor movimiento de los servicios logísticos terrestres, así como marítimos. El resultado final parece siempre llevarnos a lo mismo: más trabajo en la provincia y quizás, una nueva razón y cimiento para volver a pensar en ese tan ansiado puerto en la ciudad de Río Grande, enfocado plenamente en enviar al mundo una producción íntegramente fueguina.
Las noticias de este tipo de iniciativas suelen ser una foto que resume horas y horas de trabajo de los cuadros técnicos de los ministerios como Producción y Ambiente, Hidrocarburos, la Secretaría de Energía y la Secretaría de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales, junto a sus pares nacionales y la Cancillería, que hicieron el trabajo silencioso para que hoy exista un anuncio.
Tierra del Fuego, para los que nacieron en ella y los que tenemos la suerte de llamarla nuestra tierra natal, es una isla llena de oportunidades y recursos a explotar. Es con decisión política y una gestión organizada y seria, que esos deseos de un crecimiento sustentable que cada fueguino y fueguina tiene pueden volverse una realidad. Si bien el camino que queda por recorrer es largo, este es un gran puntapié inicial en este camino de inversión hacia el futuro.