Periodista de Tierra del Fuego.

La Primera Sesión Ordinaria de la Convencional Constituyente, siguiendo la línea de la Sesión Preparatoria y los trabajos de comisión, no estuvo exenta de polémica. Con la misión de aprobar lo que será el reglamento que rija a dicha Convención, fueron varios los artículos aprobados en disidencia, posición que recaló en las figuras de Somos Fueguinos en su totalidad y el acompañamiento del concejal Javier Branca en algunos casos en particular. Aunque la mayor parte del debate pasó por el doble voto de la presidencia, hay un detalle no menor: tanto la comisión de Labor Parlamentaria como la de Disciplina y Cuestiones de Privilegio no serán transmitidas ni grabadas, teniendo por asistentes solo a las y los convencionales y las autoridades. ¿A qué se debe este inusual proceder?.

La Convencional Constituyente sigue dando que hablar en la política de la ciudad de Ushuaia, y no siempre por las mejores razones. La sesión preparatoria estuvo plagada de interrupciones, principalmente por problemas con la energía en el recinto, además de algunos cruces y “apostillas” entre Liliana Fadul y las y los convencionales que conforman la alianza implícita del oficialismo. Ahora, durante la votación del reglamento, el mismo proceder se presentó marcando lo que será probablemente una temática recurrente en la convencional: una mayoría amplia que parece estar de acuerdo, las disidencias de Somos Fueguinos y Si, Ushuaia plegándose a dicho grupo de forma ocasional.

Si bien han sido varios los artículos aprobados en disidencia, dos fueron los que mayor revuelo generaron: el Artículo N.º 18, que define el voto doble de la presidencia, y el Artículo N.º 32, que establece las cuatro comisiones y su funcionar.

Otro artículo que llamó la atención, pese a ser aprobado por unanimidad, fue el N.º 84, que establece la necesidad de votar bajo 2/3 temas económicos, en una propuesta del bloque de Juntos por el Cambio. Aquí, el voto anunciado de Somos Fueguinos era por la negativa, pero durante la sesión cambiaron el mismo a positivo, sin dar aviso de este cambio. Quizás fue un cambio de opinión a último momento o una traspapelada en el bloque que comanda “Chispita”, no obstante habrá que prestar más atención desde este espacio para no “pifiarle” a la hora de levantar la mano.

En el caso del artículo de la presidencia y su capacidad de dirimir los empates, la disidencia pasó por el lado de Somos Fueguinos, compuesto por Fadul, Tavarone y Remy, y Si, Ushuaia con Branca. Desde el bloque se buscaba que en caso de empatar la norma no se aprobase, aludiendo que para las modificaciones son necesarios los consensos y en caso de no modificarse algo, la ciudad no quedaría sin normativa. La posición de las y los otros 10 convencionales se fundamentó en que el sistema aprobado es el estándar del parlamento argentino en todas sus instancias: sin irnos más lejos, el famoso voto “No positivo” de Cobos en la 125 no es más que un ejemplo del desempate por parte de la presidencia.

Donde me gustaría detenerme es en el artículo N.º 32, que hace referencia a las comisiones permanentes y los casos particulares de la Comisión de Labor Parlamentaria y la Comisión de Disciplina y Cuestiones de Privilegio.

En la primera, que tendrá como función proyectar el Orden del Día y los planes de la labor parlamentaria suena raro que no podrá ser transmitida ni grabada, contando solo con la asistencia de las y los convencionales y autoridades. Poniendo de ejemplo la Legislatura Provincial, la labor parlamentaria funciona de forma similar: son reuniones privadas, pero no bajo el paraguas del término Comisión. Allí, es donde los acuerdos políticos proliferan, generando los primeros consensos de camino al tratamiento de los proyectos.

Hablando de la Comisión de Disciplina y Cuestiones de Privilegio, resulta aún más irrisorio la imposibilidad de grabar, trasmitir o asistir: solo quedará un registro taquigráfico de los eventos acontecidos.

Considerando que la reforma de la Carta Orgánica no tiene ninguna injerencia en temas referidos a seguridad, inteligencia o de información sensible que requiera cierto grado de privacidad, no se termina de entender la disposición planteada por las y los convencionales en este apartado. Si la Labor Parlamentaria está mal estructurada como comisión, la de Disciplina y Cuestiones de Privilegio rompe con la lógica de una reforma de la Carta Orgánica que apunte hacia la apertura y la horizontalidad en las propuestas con el vecino y la vecina. Si llegase a darse el caso de un o una convencional que debiese ser sancionado, la opinión pública solo tendría acceso al resultado, no al proceso: una verdadera locura.

No quiero ser malpensado, pero teniendo en cuenta que cierto convencional cuenta con un proceso judicial, a esta altura del partido no me extrañaría que de buenas a primeras, nos enteremos de una sanción derivada de los avances de la Justicia. En esta elucubración mía, parece que la mesa está puesta para darle “vacaciones” a uno de nuestros representantes, y de ser así, no tendremos información oficial de cómo se llevó adelante el proceso.

Resulta extraño esta metodología que ha tomado la Convencional Constituyente, más pensando que el bloque mayoritario, Más Ushuaia, basó buena parte de su campaña electoral en una reforma de la Carta Orgánica que incluya a todos y todas. Parece que la inclusión aquí llega en los resultados, mientras buena parte del proceso será una especie de caja negra de la que el vecino y vecina, así como los medios, no tengan una participación activa.

Nada debería sorprendernos de la política fueguina, pero sin embargo nuestras y nuestros representantes logran activar en nosotros la capacidad de asombro día a día. Nuestra Carta Orgánica, que siempre fue recalcada como un ejemplo en los aspectos de participación ciudadana y transparencia, arrancó con mal pie este proceso de reforma, encontrándonos con medidas un tanto “curiosas” a primera vista. El reglamento, que nos sirve de síntoma para lo que será el tratamiento de cada artículo que pudiese ser modificado, no es un buen indicio. Lo que sorprende más aún es que casi la totalidad del arco político capitalino vio con buenos ojos el formato y las voces encontradas son las menos.

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