Si el programa provincial PROGRESO fue una bocanada de oxígeno para el sector privado durante el período más duro de la pandemia y posterior crisis económica, el nuevo proyecto que el Ejecutivo piensa instalar en la Legislatura sería el combustible para reimpulsar el motor productivo fueguino.
En su discurso inaugural de las Sesiones Ordinarias del Poder Legislativo, el gobernador Gustavo Melella enfocó buena parte de su diálogo en lo que será el futuro productivo de la Provincia. Con una declaración contundente en “no podemos exportar materia prima, tenemos que dar valor agregado” Melella buscará a través de la Legislatura confirmar un plan de desarrollo que potencie las riquezas con las que hoy cuenta Tierra del Fuego: los hidrocarburos, la madera, la pesca y el sector alimentos.
Así también, el gobernador deslizó la posibilidad de una empresa de alimentos provincial, quizá con cierta participación privada, en una línea similar a lo expresado por el presidente Alberto Fernández. Si para un peronista no hay nada mejor que otro peronista, los “compañeros” de FORJA están más cerca que nunca.
Si bien aún no hay certezas establecidas sobre los proyectos, hay un par de puntos interesantes para comenzar a analizar. La primer interrogante es cuánto será el tiempo de implementación: pensando en una gestión que aún tiene casi 2 años en el Poder Ejecutivo, la posibilidad de una reelección está presente y pensar a largo plazo en la implementación de medidas no sería nada descabellado. No obstante, es factible que hablemos de diferentes plazos de implementación según el rubro en un estilo similar a las otras propuestas del Gobierno. PROGRESO pensó en diferentes alternativas dependiendo del rubro y no sería nada extraño que la ley establezca tiempos más breves para las industrias que requieren menor transferencia tecnológica en oposición a otras de gran infraestructura como hidrocarburos.
Las ideas de empresas estatales en los esquemas productivos de la provincia no son novedad: el proyecto de Terra Ignis ya estuvo presente en la Cámara y se espera una versión renovada con los consensos pertinentes para lograr que avance en el recinto.
Así apareció la idea de una empresa de alimentos estatal. Aunque trazamos ciertos paralelismos con el gobierno nacional, es cierto que la Provincia no es un gran productor de alimentos. Luego de una pandemia que paralizó el sistema logístico mundial, la seguridad alimentaria es un tema más que importante para los territorios aislados. Melella parece haber puesto en foco no sólo ampliar a la matriz productiva de la isla, sino asegurar que la misma sea autosuficiente. Abaratar el costo de la comida puede ser un logro de gestión como pocos, pero requerirá un trabajo profundo y a largo plazo que necesitará de un soporte técnico y financiero nacional además del acompañamiento de los intendentes.
Son varias las ideas que Melella tiene en el tintero y, con una Legislatura bastante favorable, la aprobación de nuevas iniciativas o regulaciones es más que probable. No obstante, el trabajo técnico y de fondo será la parte que quizás le quite el sueño al gobernador.
Mientras la gobernación contará con un posible impulso económico por la generación de trabajos, este tipo de proyectos le abren la puerta a los municipios a industrializarse y generar cadenas de valor agregado, mejorando también así sus recaudaciones.
Aunque hay poco definido, hay algunos indicios de cómo podrían articularse las iniciativas en base a programas previos como PROGRESO y la línea de gestión del gobernador en sí. La política fueguina hoy estará más enfocada a resolver las problemáticas de OSEF, pero no sería descabellado ver a mitad de año un proyecto que abarque lo productivo. Si bien quizás no despierte la atención de muchos, podría tener un gran cambio en la forma que Tierra del Fuego exporta y piensa su producción.