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Hoy vamos a recorrer unas de las capitales más lindas y cálidas de Europa, hablamos de la ciudad de Lisboa, ciudad capital del país, localizada en la desembocadura del río Tajo. Esta ciudad tiene una población de 547.773 habitantes y su área metropolitana se sitúa en una superficie de 2921,90 km². Esta área contiene el 26 % de la población del país. Lisboa es la ciudad más rica de Portugal. ​

Lisboa es lo suficientemente pequeña como para no sentirse mal por su tamaño, pero a la vez lo suficientemente grande como para no sentirse aislado o para tener la misma vida y servicios que cualquier otra capital europea. Perfecta para conocerla en rutas de dos o tres días sin que sobre el tiempo ni estar agobiados por la cantidad de lugares que visita.

Resumiendo un poco sus orígenes, Lisboa fue fundada por los Fenicios bajo el nombre de Ulissipo y al poco tiempo fue conquistada por griegos y cartagineses. Finalmente Lisboa pasó a ser la capital de la Lusitania romana llamándose Olisipo. A la caída de los romanos, pasó a formar parte del reino suevo de Galicia hasta el 585. Ya entrando en el siglo XX, específicamente en1932 se instaló la Dictadura de Salazar que permanecería hasta el 25 de abril de 1974, cuando un golpe de estado dirigido por el General Spinola acabó con la dictadura. A este hecho se le conoce como la «Revolución de los Claveles». Durante estos años Lisboa sufrió un gran cambio demográfico y expansivo. Durante la Segunda Guerra Mundial Lisboa fue refugio de muchos exilados de los países ocupados por el eje en tránsito a Estados Unidos y Gran Bretaña. En 1986 Portugal entró en la Unión Europea y doce años después, en 1998, Lisboa fue sede de la Exposición Universal, lo que cambió la fisonomía de esta bella ciudad. En el mismo año un gran incendio arrasó el Chiado.

Vamos a descubrir los mejores lugares para visitar durante la estadía en este destino cultural. Como siempre les recomiendo, no dejen pasar como primer contacto con el lugar el Free Tour, son tres horas de historia, arquitectura, actualidad, lo realizas caminando y te ayuda a comprender más la ciudad.

Comenzamos por el Castillo de San Jorge, anteriormente llamado Castelo dos Mouros, es una fortificación defensiva del siglo XI, reconquistada posteriormente a mediados del siglo XII por Alfonso Henríquez, primer rey de Portugal, y reconvertida en Palacio Real cuando llegó a su momento de esplendor, viviendo acontecimientos históricos tan importantes como el regreso de Vasco de Gama de la India. De hecho, está catalogado como Monumento Nacional, debido a su destacado papel en la historia del país. Una vez que pasas las murallas, podes ver su yacimiento arqueológico con restos desde las primeras ocupaciones de la zona en el siglo VII a.C., pasando por las ruinas de la zona residencial de la época islámica hasta las del palacio de la antigua alcazaba, destruido por el gran terremoto de Lisboa de 1.755, que devastó toda la ciudad y dejo más de 90.000 víctimas mortales. Además, podes disfrutar en la famosa Cámara Oscura diseñada por Leonardo Da Vinci, al igual que la que encontramos en La Habana, la esplendorosa capital de Cuba, un sistema de lentes y espejos que te permitirán ver Lisboa en 360 grados, sin moverte del lugar.

Justo a orillas del castillo, está Mouraria o Morería, lugar en el que los musulmanes encontraron refugio tras la reconquista, y que en la actualidad, es uno de los barrios más pintorescos y multiculturales de Lisboa, con sus casas bajas, y sus calles homenajeando a grandes artistas del fado, la música tradicional portuguesa por excelencia, considerada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Catedral de Lisboa

La Sé o Catedral de Lisboa, que data del siglo XII, presume de haber sobrevivido al terremoto de 1.755, pero su estado actual corresponde a la reconstrucción realizada en 1.930, de estilo románico pero con una preciosa catedral gótica en el interior, que sin duda merece la pena la visita. En el tesoro se exponen las reliquias, trajes y joyas, y en el interior del precioso claustro, debido a las diferentes excavaciones, se han encontrado restos romanos, árabes y medievales.

Convento Do Carmo

Uno de los lugares más impactantes de Lisboa, es el Convento do Carmo, fundado en 1.389 y con la iglesia gótica más importante de Portugal hasta el terremoto de 1.755, cuando quedó con sus imponentes arcos ojivales apuntando al cielo, tal y como lo vemos ahora. También se puede visitar el Museo Arqueológico do Carmo con restos del paleolítico y neolítico portugués, la tumba del rey Fernando I, y unas momias peruanas que ponen los pelos de punta.

Elevador Santa Justa

Seguimos por Santa Justa, un elevador con la finalidad de unir el barrio Chiado y el barrio de la Baixa Pombalina, construido a principios del siglo XX una verdadera obra de ingeniería, el único ascensor vertical urbano con 45m. de altura, y decoraciones neogóticas. Es toda una atracción, sobre todo llegar arriba y contemplar las vistas y las ruinas del Convento do Carmo, imperdible.

Antes de atravesar el Arco Triunfal de Vía Augusta, ya sabes que algo bueno va a pasar, y efectivamente, la Plaza del Comercio, la más importante de Lisboa, aparece ante nuestros ojos para transportarnos a otra época cuando los barcos llegaban hasta ahí, y era el epicentro del comercio marítimo de la ciudad, con sus edificios aporticados en forma de U abiertos hacia el Tajo, o incluso antes, cuando era el terreno ocupado por el Palacio Real.

La Casa dos Bicos, es un antiguo palacete del siglo XVI, que resalta por su fachada con piedras talladas en forma de picos, con la particularidad de que todas las puertas y ventanas son de tamaños y estilos diferentes, y funcionó durante la mayor parte del siglo XX como almacén de bacalao. Hoy en día, es la sede de la Fundación Saramago, y lugar de reposo de las cenizas del prestigioso escritor bajo un olivo, en donde se pueden ver exposiciones temporales o acudir a eventos culturales.

Siempre había oído eso de que Lisboa era la ciudad de la luz, realmente me deslumbró su ambiente, sus calles llenas de encanto e historia, la amabilidad de su gente, su rica gastronomía, sus rincones únicos y mucho más. Gracias Lisboa!

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