Es común pensar en el amor para toda la vida, lo romántico prevalece dentro de una vida social y afectiva que muestra como idílico vivir de a dos. No todos los amores son iguales, algunos se desvanecen y otros no, perduran.
A veces aparece ese ángel “… el más terrible, el implacable, el más feroz… ángel que pasa, besa y te abraza, ángel para un final…” (Fragmento de la canción “Ángel para un final” de Silvio Rodríguez)
El desamor es tal vez uno de los sentimientos más penosos. La literatura se ha beneficiado de temas que nos guían por las pulsiones humanas, muchas veces accidentadas, que han visto pasar ríos de tinta.
“Hombres sin mujeres” de Haruki Murakami muestra en siete historias el desamor, las relaciones de pareja, el desencuentro de los hombres abandonados por unas, pocas o muchas mujeres. Murakami dice que ser dejado por una mujer es lo mismo que ser desistido por todas.
La ausencia, la pérdida, el desencanto y la inercia penetran y pescan el alma de los personajes masculinos.
“Cyrano de Bergerac” de Edmond Rostand fue escrita en el siglo XIX y cuenta con un personaje principal valiente, recio, gran soldado y brillante, sin embargo teme profundamente al rechazo a causa de su aspecto físico (su enorme nariz).
“…Cyrano tenía una nariz enorme. Cuando fumaba, los pelos de la nariz se le chamuscaban siempre, y cuando llovía, su bigote no se mojaba nunca…”
Esta comedia trágica se desarrolla en cinco actos escritos en verso, en ella Cyrano y Christian se disputarán el amor de Roxana que a pesar de su ingenuidad no se dejará llevar solo por las apariencias.
“Travesuras de la niña mala” de Mario Vargas Llosa, en ella Ricardo Somocurcio es el narrador de la historia, él es traductor y cumple su sueño de ir a París, pero su relación con las diferentes máscaras de “La niña mala” o sea Otilia nacen con Lily y su estado de vulnerabilidad. Ante cada situación ella mostrará una nueva identidad, desde el noviazgo con Ricardo en su adolescencia hasta la adultez. Lo tormentoso de la relación será una constante.
En “Grandes esperanzas” de Charles Dickens, Pip es el personaje principal, es un huérfano sencillo y humilde, el cual vive con Georgina, su hermana, una maltratadora profesional y su marido, el herrero. Pip recibe una gran fortuna de alguien desconocido, así logra viajar a París con el fin de comenzar sus estudios. Él buscará conquistar a Estella, la cual por cierto es bastante fría, altiva y distante. Así la define en pocas palabras:”… Le robé su corazón para sustituirlo por un trozo de hielo…” Para ello buscará el ascenso social e intelectual por medio de una educación que cree merecer. El esmero es su signo.
Así, Dickens, cuenta la vida de este muchacho desde los siete años hasta casi llegar a los treinta, donde “Grandes esperanzas” se despliegan ante él para construir una historia de privaciones, melancolía y amor.
Estos individuos tienen en común el sufrimiento, han sido dolientes emocionales, su tormento físico los han acercado a la tristeza profunda, quizás han idealizado demasiado el amor, pero también han coincidido en el afán de superación.
El desamor se ha desarrollado en ellos a medida que el tiempo ha pasado. Si hasta hemos visto el cambio de la psicología de los personajes, quizás por ello Dickens dice: “Si usted pudiera ver mis pies cuando no llevo botas, se haría una idea de lo que es el amor no correspondido” Charles Dickens (Reino Unido, 1812- Reino Unido, 1870).
