Hoy vamos a viajar a la ciudad que para muchos es la puerta de entrada a Marruecos, es antigua e imperial en el oeste de la capital y un importante centro económico con mezquitas, palacios y jardines. Aquí encontramos La medina, ciudad medieval amurallada y densamente poblada que data del período del Imperio Bereber, con pasajes que parecen laberintos. Es la parte antigua de la Marrakech, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, hablando mal y pronto, es un hervidero de vida y el lugar donde se encuentran los principales atractivos para recorrer en la primera vez siendo turista. El ritmo, su gente y su ajetreo caóticamnte organizado puede agobiarte en un primer momento, pero de a poco, con paciencia te adaptas sin dramas. Según mi experiencia, esta es una linda ciudad como para introducirnos al mundo árabe, hay mucho de este país que tiene influencia europea como lo es Turquía, son países que no sentís la cultura árabe de manera rígida, sino todo lo contrario, abierta la turismo internacional. Ofrece atractivos increíbles, además de ver monumentos, la visita la centras en sentir el gran ambiente que se respira, especialmente en su famosa plaza Jemaa El Fna.
Al ser una de los principales destinos del país, su accesibilidad aérea es muy amplia, conectada a toda Europa, especialmente con Francia y España. Se hace mucho mas fácil poder organizar un viaje a este lugar. Si hablamos de alojamiento, tiene una peculiar particularidad, podes alojarte en los Riads hasta hoteles de ultra lujo tanto en la ciudad como en las afueras de cara al desierto. Cuando hablamos de un alojamiento en un Riad, estamos hablando de una construcción típica marroquí donde se encuentra un patio interior donde se distribuyen las habitaciones y zonas comunes, es una manera original de dormir, única e irrepetible. La recomiendo 100%.
A continuación les voy a detallar los 5 imperdibles de esta gran ciudad, donde recomiendo perderse entre sus callecitas laberínticas, una y otra vez, pero siempre a mano el celular con el google maps para volver al centro, así no nos perdemos definitivamente.
La Plaza Jemaa El Fna y el minarete de la Mezquita Koutoubia, como ya les había adelantado algo anteriormente, esta enorme plaza dividida en dos áreas es el gran centro de la vida de Marrakech. Con ambientes totalmente diferentes durante el día y la noche, seguramente vuelvas una y otra vez, porque siempre volves, es así. Entre sus variados atractivos, podes ver desde a los encantadores de serpientes, hasta cenar barato en los chiringuitos que por la noche cada día se instalan en la plaza. Asimismo, desde la Plaza Jemaa El Fna puedes ver el minarete de la Mezquita Koutoubia, la mayor de Marrakech y el cual es el gran centro neurálgico de la ciudad.
Luego tenemos los Zocos (mercados) de la Medina, desde la misma Plaza Jemaa El Fna se extienden hacia el norte los Zocos, un gran conglomerado de callecitas cubiertas con grandes toldos donde, agrupados en distintas zonas y oficios, encontras lo que se te ocurra. Es imposible no caer en la tentación de comprar, eso si, tenee en cuenta el típico proceso de regateo, a veces un poco tedioso para mi gusto.
La Madraza Ben Youseff, justo en el límite norte de los Zocos, dentro de la Medina de Marrakech, encuentras la Madraza Ben Youseff, una antigua escuela coránica del siglo XVI, desde el punto de vista arquitectónico, uno de los rincones más lindos de la ciudad marroquí. Cuando visitas este lugar podes disfrutar de una decoración sublime, que mezcla el mármol, el estuco, la madera de cedro y los mosaicos. Debe ser una visita imprescindible a la hora de armar el itinerario, altamente recomendable.
Tenemos Palacio de la Bahía al sur de la Medina de Marrakech, y justo en el límite norte del recinto fortificado de la Kasba, encontras este Palacio, un edificio que es un verdadera obra de arte de la arquitectura marroquí. Construido a finales del siglo XIX, se extiende en una sola planta con un laberinto de salones y patios (tiene más de 150 habitaciones, aunque se visita solo una parte, donde podes descubrir exquisitos rincones arquitectónicos.
Por último, las Tumbas Saadies, localizadas dentro del recinto de la Kasba, a espaldas de la mezquita, se trata de un mausoleo de la dinastía Saadí, construido entre los siglos XVI y XVII, lugar que estuvo oculto durante mucho tiempo hasta que fue redescubierto en 1904. En un pequeño recinto y amurallado donde hay varios mausoleos, pero vale la pena hacer cola para ver la impresionante Sala de las Doce Columnas, el rincón más espectacular del lugar y, posiblemente, de lo que podrás ver en Marrakech.
Esta ciudad tiene una gran cronología histórica, donde todo se vuelca directamente al alcance de nuestros ojos, su arquitectura, conocida también La Ciudad Roja, debido al color de las paredes de las casas, sus museos, su arte, su gastronomía legendaria, transmitida de generaciones en generaciones, este destino es como sentirlo desde lo mas profundo, solo tenes que dejarte llevar. Gracias Marrakech!
