Continuando con la semana pasada, esta vez dormí en Sultanahmet, barrio por excelencia en Estambul donde se encuentra los principales atractivos de la ciudad. El hotel seleccionado fue Doubletree by Hilton ubicado en el corazón del distrito, su terraza ideal para ver los atardeceres de la ciudad. Su desayuno buffet impecable, mas allá del servicio que cabe destacar. Debo también decirles que al alojarse en esta zona, tienen que saber que luego de las 19 hs esta casi todo cerrado, durante el día es super activo con muchísimos comercios, locales de souvenirs, comida típicas, el mismo Grand Bazaar se encuentra allí pero recuerden que cuando cae el sol, parece una ciudad desolada.
Este día comenzó muy temprano, fuimos directamente a la Cisterna más conocida de Estambul, a metros de Santa Sofía, lleno de columnas, este lugar se construyó a fin de evitar la vulnerabilidad que significaba para la ciudad durante un asedio donde estaba en jaque de destrucción el Acueducto de Valente. Nunca había ido a una cisterna y la verdad que me sorprendió toda su estructura en conjunto.
Una vez que salimos del lugar, cruzamos ahí nomas para ingresar a la tan querida Santa Sofía, recuerdo una vez mas, mi profesora de Arte quien siempre hablaba del movimiento que tiene esta Mezquita, era hora de ingresar, un lugar deslumbrante por donde se lo mirase. Si hablamos de historia, es una antigua basílica ortodoxa, posteriormente convertida en mezquita, luego museo y, desde 2020, nuevamente en una mezquita de la ciudad de Estambul. Cuando concurrí estaba en restauración pero por surte pude visitarla y apreciar sus cúpulas impresionantes. Frente a la mezquita hay una plaza hermosísima, llena de verde, lugares para sentarte, impecable en diseño y mantenimiento del verde, nos quedamos un ratito contemplando y sacándonos fotos ya que es el lugar ideal para que salga de fondo Santa Sofía.
En cuanto a la mezquita Azul, desafortunadamente no pude ingresar ya que estaba totalmente cerrada por mantenimiento, me queda pendiente para el próximo viaje. Siempre está bueno dejar cosas para ver al regreso.
Otro atractivo imperdible fue el Palacio Topkapi, para ingresar primero recorres un gran camino con mucho verde, arboles, tipo plaza, hoy en dia es un Museo, pero en la antigüedad fue le centro administrativo del Imperio Otomano, luego se mandó a construir la parte del Palacio. Todo el complejo esta rodeado por una gran muralla, la vista privilegiada del Bósforo, ideal para sacarse fotos, el aire que corre por ahí es impresionante. Si hablamos de arquitectura y distribución, esta formado por varios pequeños edificios construidos juntos y rodeados por 4 patios. El palacio lleva un estilo arquitectónico seglar turco, siendo su máximo ejemplo. Básicamente, es un entramado complejo de edificios, unidos por patios o jardines siendo la superficie total del complejo de 700000m2, como les conté totalmente amurallado estilo bizantino. Hoy, al ser museo, esta muy bueno porque podes observar con elementos cotidianos, como por ejemplo vajilla, como era la vida de entonces, me interesó mucho porque te remonta a esas épocas al ver todos los objetos en condiciones intactas demás esta decirlo, indumentaria, telas, libros, la verdad un museo super completo que todo viajero debe conocer.
No les puedo mentir, pero volví ese mismo día al Grand Bazaar, es inevitable no ir, me faltaban un par de especies, estuve a punto de comprarme esas famosas lámparas con vidrios de colores, una mas linda que la otra, volví de Sabit a tomarme un cafecito y que me leyera la borra del café, actividad muy común en la ciudad, y por ultimo no podía dejar la ciudad sin comprar café turco y sus elementos tanto para hacerlo, recipiente de bronce, así. como también para servirlos en unas tacitas de vidrio divinas.
Es una ciudad en la que volvería mil y una vez, llena de historia, enigmas, construcciones milenarias, siempre estas entre lo europeo y lo asiático, con el Bósforo como protagonista, Estambul robó mi corazón.