Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

Salida más de una película que de las noticias, un nuevo brote azota la región de Wuhan en China. El virus, que se conoce como 2019-nCoV, es una nueva variedad del coronavirus. Según las autoridades del país, hay 440 casos confirmados que ya ha tenido 9 víctimas fatales. Recomiendan no salir a la calle o los lugares con mucha gente para los que viven en Wuhan y que personas externas no lo visiten.

¿Los síntomas? fiebre, tos y falta de aliento. Un brote similar fue el de Medio Oriente en 2012; donde los países de África del Norte y la Península arábica fueron los principales afectados por un virus que mutó desde un murciélago en Egipto. La combinación de una mala asepsia con el manejo imprudente de animales lleva a que encontremos estos casos en zonas rurales de países en vías de desarrollo en su mayoría. Con un total de 66 defunciones, la tasa de mortalidad de aquel virus se encontraba por arriba del 30%.

Este brote chino ya presenta casos en varias provincias chinas, Tailandia, Corea del Sur y los Estados Unidos. Como se transmite vía área, todas las áreas donde los posibles infectados hayan estado en contacto con otros genera riesgo de contagio. El caso japonés es el más claro: el infectado no había visitado la región, pero si había compartido un espacio con una persona que había estado en contacto con alguien que había visitado Wuhan. ¿Qué está potenciando extensión del virus? El 25 de enero fue el año nuevo chino, que siempre involucra migraciones masivas en todo el país: ya sea de las ciudades al campo o viceversa. También, es una temporada donde muchos optan por tomar vacaciones, haciendo que la llegada del virus a los países aledaños sea relativamente sencilla.

Ahora, todos los que abandonan la región de Wuhan deberán tener su temperatura tomada y el gobierno comenzó un trabajo para modificar los sistemas de ventilación de los espacios públicos, así como mayores campañas de esterilización. La venta de animales vivos fue prohibida en la ciudad (que es una práctica frecuente en los países asiáticos), para reducir el contacto con animales. Según los investigadores, el virus arrancó en el mercado.

Para China esta situación no es nueva: en 2009 tuvo una epidemia nacional con el famoso H1N1, que trajo pánico hasta Argentina y popularizó el uso de barbijos y alcohol en gel. En su momento hubo en Hong Kong y China continental casi 200.000 infectados por este virus y alrededor de mil muertes. Era tanta la preocupación, que varios pasajeros con síntomas de resfriado que visitaron China en dicha época fueron aislados hasta por una semana.

¿Cómo seguirá avanzando? Ahora el foco está en controlar que la enfermedad no se propague a otros países: controles más estrictos fueron puestos en Australia (recibe más de un millón de chinos al año), Singapur y Taiwán. Estados Unidos continúa con tareas en sus aeropuertos para evitar más casos. ¿Hay razón para entrar en pánico? No, el virus va a estar principalmente contenido en una región china y los protocolos de control han mejorado sustancialmente desde la crisis de 2009.

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