Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Infinidad de libros vieron la luz de la mano del entrañable Eduardo Galeano. Pero un clásico que lo representa ampliamente es el ensayo “Las venas abiertas de América Latina”. Este estuvo ligado a las ideologías revolucionarias por lo cual fue proscripto en Argentina, Chile, Brasil y Uruguay, mientras estos países permanecían bajo terribles dictaduras. Tanto es así que Galeano estuvo preso en Uruguay tras el golpe del 73, luego fue obligado a exiliarse, primero lo hizo en Argentina y posteriormente en España.

Su libro icónico cuenta como nada era lo que lo que parecía o como nos lo contó la historia escrita por las manos y con el idioma de los vencedores. 

Como se financiaban guerras al otro lado del Atlántico gracias al oro que salía de las tierras colonizadas ocultas dentro de imágenes religiosas y también paganas.

Tierras indias, tierras americanas que subsidiaban las empresas de “exitosos” colonizadores herederos de familias ilustres venidas a menos.

“La espada y la cruz marchaban juntas en la conquista y en el despojo.” (Página 37-38 Capítulo: Esplendores del Potosí: El Ciclo de la Plata).

Claro que el llamado proceso de descubrimiento, seguido al saqueo continuaron de forma mas o menos ordenada, pero siempre consensuada con el poder político europeo. Vale aclarar que sus representantes (políticos y religiosos) en territorio americano también participaron este verdadero vaciamiento.

Las Indias o América era ese “paraíso territorial” (según Galeano) que cedió vidas y riquezas, no solo tierras. 

Hasta doblegaron su propio capital alimentario (quínoa o quinua, maíz, papa, cacao, etc.) para dar paso al monocultivo del azúcar o sofocar la demanda creciente del caucho.

Así un hecho fortuito llamado “descubrimiento” sostuvo la vida opulenta de las cortes europeas.

Una política de depredación que impulsó un desarrollo valioso para Europa.

Se ve que la culpa de nuestros grandes males (pobreza, indigencia, desocupación) se apoyan sobre varias patas que no solo son exclusiva responsabilidad de América Latina (lleva una “ayudita” interna y externa).

Con el propósito de enfatizar sobre este argumento, en la edición impresa en el año 2006 de “Las venas abiertas de América Latina”, bajo el título: Siete años después, el autor desarrolla interrogantes tales como “¿Es América Latina una región del mundo condenada a la humillación y a la pobreza? ¿Condenada por quién? ¿Culpa de Dios, culpa de la naturaleza? ¿El clima agobiante, las razas inferiores? ¿La religión y las costumbres? ¿No será la desgracia un producto de la historia, hecha por los hombres y que por los hombres puede por lo tanto, ser deshecha? .”

Podemos preguntarnos: ¿Cuán responsables seremos de lo que hoy en día ocurre? ¿Cuánto de ello será impuesto y cuánto heredado? ¿Cuánto será ficticio y cuánto será real?

Galeano consiguió elevar las mas diversas pasiones con libros de género impreciso, pero contundente; donde menos, sin duda es mas.

Su obra fue un mural de la América, unida como piezas de un juego de encastre, pero dentro de esa razón que lleva adelante energías que nacen de las entrañas donde no es tiempo de dudar porque aún hoy las venas de América Latina siguen abiertas.

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