Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

El debate presidencial, primero por ley, dejó varios puntos de análisis sobre los discursos de los candidatos así como alguna que otra “perlita”. Realizado de el auditorio de la Universidad del Litoral en Santa Fé, esta primer edición será continuada por un segundo debate la semana que viene en la UBA y un tercero, de haber ballotage, también en la capital del país.

Se hicieron presentes allí el presidente y candidato a la reelección Mauricio Macri, el representante de Frente de Todos y el más votado en las PASO Alberto Fernández, Roberto Lavagna por Consenso Federal, Nicolás del Caño del Frente de Izquierda, José Luis Espert de Despertar y Juan José Gómez Centurión de Nos.

A primera vista, los dos candidatos más fuertes (Alberto Fernández y Mauricio Macri) siguieron en su línea con una buena oratoria que apeló a sus bases a fin de consolidar los votos obtenidos en agosto. Al candidato de Frente de Todos se lo vió mejor preparado y un poco más “picante”, dado que, sacando algunas intervenciones de Nicolás del Caño, fue el principal confrontado de los datos mencionados por el actual presidente. Roberto Lavagna quedó muy encasillado en el dato técnico y no pudo sacarse el rol de economista en los bloques de Derechos Humanos y Género y Educación y Salud; donde terminó recurriendo a las estadísticas y no presentó grandes contenidos. Mauricio Macri estableció su discursiva entre dos pilares: lo que hizo durante su mandato y convencer al votante de “evitar volver al pasado”. Alberto por lo propio fue el más frontal contra el presidente y trató de hacer foco en “volver a levantar a la Argentina”. En general, quienes aprovecharon para describir sus plataformas de gobierno en caso de ser electos, fueron los representantes de los partidos más pequeños. Nicolás del Caño habló de una estilización de la banca y “que la crisis y la deuda la paguen los capitales”, Centurión hizo foco en el pilar de Nos, salvar las dos vidas. Espert mencionó la reducción de impuestos y “terminar con los curros del sindicalismo” en repetidas ocasiones.

El debate, aunque bastante light y moderado, tuvo sus momentos álgidos, principalmente el tema Venezuela. Mientras el candidato de Frente de Todos hizo referencia a una posible incursión de soldados argentinos al territorio bolivariano de seguir Mauricio Macri en el poder, el presidente le retrucó mencionado que su frente político avala una “dictadura violenta en Venezuela”.

Del Caño, un poco desorientado en el bloque de política internacional, se refirió al conflicto de Ecuador en dos ocasiones, siendo la última unos 30 segundos de silencio a su pedido en la parte final del bloque. Espert y Centurión se mostraron en contra del régimen de Maduro con una posición más acercada a la del oficialismo.

Las “perlitas” vendrían en los siguientes bloques: Gómez-Centurión mencionó que “regalan Misoprostol como caramelos” refiriéndose a la temática del aborto abordada en el segundo bloque del debate.

Otro comentario que llamó la atención fue el del presidente Macri en Educación: “Si Kiciloff llega a la provincia va a poner una narcocapacitación en las escuelas”. Haciendo alusión a los dichos del principal candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires sobre cómo la falta de oportunidades llevaba a los jóvenes a la venta de drogas.

Alberto, ya más fastidiado por los embates de Macri tomó una postura de confrontación y en sus refutes mencionaba que el presidente no sabe donde está gobernado y que vive en una realidad distinta a la del resto de los argentinos.

Otra “chicana” del presidente pasó por un gesto que Alberto Fernández repitió a lo largo de la noche: señalar con el dedo. En su cierre el candidato de Juntos por el Cambio dijo “Volvió el dedito, volvió el atril, la canchereada, volvió el kirchnerismo, aunque lo quieran tener escondido”. Con esto, el mandatario volvió a referirse, sin nombrarla, a la ex-presidente Cristina Fernández de Kirchner. La cual, aunque no participó, fue la figura de mayor peso político durante toda la noche. Ya sea para reprochar alguna de sus medidas o hacer referencia a su buen trabajo, ninguno logró escaparle a la ex mandataria. También así el presidente trajo a colación los casos de corrupción (Como hizo Gómez Centurión al referirse a Cristina) diciendo “tendremos bastante para hablar sobre corrupción en el próximo debate”.

En un debate con poco contenido y realmente estricto por parte de los moderadores (que parecían temerosos que la cosa se desbandase), no hubo ganadores del indeciso, sino un claro impulso a reforzar las bases de votantes. Quizá Lavagna pareció más fuera de tiempo y menos preparado, mientras que Gómez Centurión no logró ajustarse nunca al cronómetro impuesto por la organización. José Luis Espert apeló en repetidas ocasiones a ser un outsider de la política, fórmula que ha dado grandes resultados en muchos países, y buscar el sentido común a la hora de gobernar. Mauricio y Alberto tendrán otra oportunidad de verse las caras en una semana y tratar de convencer a los votantes que no saben a quién apoyar en las elecciones del 27 de ocutbre.

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