Quizás antes de comenzar a hablar de la escritora Saniee Parinoush y su destino, podríamos apuntar sintéticamente algo sobre Irán y sus vicisitudes a medida que transita una agitada historia plagada de variabilidad.
Allá por la década de los setenta Mohammad Reza Pahleví (subió al poder en 1953 a través de un golpe orientado por los mismos países que lo apoyaban incondicionalmente ) gozaba del apoyo del Reino Unido y Estados Unidos pero en 1979 (aunque las manifestaciones en su contra comenzaron en 1977) a causa de las políticas represivas, los grandes desequilibrios y la intención, según fuerzas religiosas tradicionales, de occidentalizar Irán llegó la Revolución Islámica o Revolución del 79 de la mano del líder Ayatollah Khomeini. Este gozaba de gran popularidad (especialmente de grupos de izquierda, demócratas y nacionalistas quienes impulsaban las movilizaciones huelguistas) debido a su exilio en París impuesto por el Shah.
Irán se convertía de este modo, en la República Islámica de Irán. Atrás quedaba el Shah (quien partió hacia Estados Unidos, también exiliado) ahora su sucesor, Khomeini, se alejaría por igual de Estados Unidos y URSS.
De esta forma solo hemos dado un sintético vistazo por la historia más reciente de la tierra de Saniee. Ella nació en 1949 en Teherán. Su familia contaba con una alta formación académica, lo cual no es lo más común en este país y aún más desfavorecedor desde la perspectiva de género.
Saniee es psicóloga y socióloga, con una posición educativa y económica privilegiada. Actualmente vive en Alemania con sus dos hijos.
Su primer libro “El libro de mi destino” describe la situación de la mujer y especialmente de los adolescentes durante la revolución de 1979. Esta lectura necesaria elige como protagonista a una mujer que nada tiene que ver con el status social y educativo de la escritora.
Masumeh, la protagonista de la historia, se percibe como inquieta y curiosa, pero está criada bajo la fuerte mirada de una familia tradicional iraní. Ella con tan solo quince años conoce a Said, un muchacho que trabaja en una farmacia, con el cual nace un amor imprudente. Cuando la relación es descubierta por los integrantes masculinos de la familia (padre y hermanos son quienes hallan las cartas que Masumeh envía a Said y le propinan a esta una tremenda paliza) es castigada y confinada en su casa. El mundo exterior ya no existe para Masumeh. Un matrimonio arreglado con Hamid parece ser el pasaje a la libertad. Pero solo sufrirá más encierro y desinterés de parte de su esposo. También verá las transformaciones que se darán a lo largo de casi treinta años de vida. Su existencia dará una sacudida, por lo cual Masumeh deberá optar entre la felicidad y las creencias tradicionales.
Esta historia nos ayuda a entender, sobre todo a las mujeres, acerca del valor del amor, la amistad, la esperanza y el absolutismo.
Una visión acendrada de su obra, delinea la subsecuente expresión sobre el poder: “Hijo mío, todos dicen lo mismo ¿Has oído a alguien que pretenda hacerse con el poder declarar que no desea la justicia para el pueblo? Para todos ellos la justicia solo se consigue cuando un grupo llega al poder, y si alguien se interpone en su camino, no dudarán en enviarlo al infierno”.
Es importante aclarar que este libro nació como resultado de un proyecto de investigación de Saniee Parinoush, relacionado con aquellas mujeres que vivieron y participaron de la revolución del 79. En Italia fue galardonada con el premio Bocaccio y traducida a más de veinticinco idiomas.
Sus obras han sido prohibidas en la República Islámica de Irán pero publicadas clandestinamente con posterioridad. En 2003 se imprimieron por primera vez algo más de tres mil copias de “El libro de mi destino”, pero en 2005 con la llegada al poder de Mahmud Ahmadineyad, las prohibiciones se instalaron nuevamente. Estas fueron excedidas gracias a los esfuerzos de las presiones internacionales.
Saniee declaraba que aún hoy se puede pagar con cárcel las visiones políticas o culturales contrarias al régimen.
“En su afán de acumular riquezas y poder, los gobiernos siempre obligaron a las masas de desfavorecidos e indefensos a trabajar como esclavos, embolsándose los frutos de su trabajo. Las consecuencias son las injusticias, la miseria y la pobreza para el pueblo” (“El libro de mi destino” de Saniee Parinoush).
Seguramente esto no es solo un atributo o particularidad de la tierra natal de Saniee. Contemplación enlazada al análisis profundo y diario, tal vez sea el mejor antídoto para este mal crónico.