Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

La Copa América de Brasil 2019 ya está por su segunda fecha de actividad; durante el día martes se disputaron los partidos de Bolivia (1)-Perú (3) (segundo tiempo muy entretenido y un Perú que de a ratos se encontró con el fútbol que les proponía el Tigre Gareca). Más tarde fue el turno del local Brasil. En un partido donde los locales dominaron todos los aspectos del juego el que definió el resultado no estaba en la cancha.

La tecnología del VAR ha generado posiciones encontradas entre futbolistas, técnicos, periodistas y fanáticos. Introducido ahora en todos los partidos, depende en gran medida de quién oficie, pero puede matar el ritmo de juego o ser una herramienta que corrija el error humano. 

Brasil, que fue superior durante todo el partido no pudo cerrar y en las dos ocasiones que logró concretar resultó que los goles fueron anulados. Tite se mostró conforme con el arbitraje y no salió a pegarle al VAR. Ahora dependerá de los resultados de la última fecha para colocarse primero en el grupo.

En el partido de Argentina la tecnología no fue gran determinante del resultado; los dos goles colombianos fueron en regla y se usó poco y en jugadas que no alteraron el balance del partido, pero ya se han otorgado penales que sin la repetición uno vería y condicionado un poco el juego de manos que suele pasar en todas las áreas cuando un centro está al caer. Con el VAR también los árbitros se han sacado un poco la responsabilidad de los cobros y los jugadores protestan menos (antes con cada cobro una docena de camisetas rodeaban al referí reclamando). El ejemplo más claro terminó siendo el partido de Chile y Japón, donde el VAR pasó sin pena ni gloria: ambos seleccionados conversaron poco con los oficiales a cargo.

La tecnología de revisión aún está dando sus primeros pasos y creo que no hemos visto su forma final. Hoy, al ser novedad y la FIFA incentivar su uso, termina siendo abusada y corta el ritmo de los partidos y hace al árbitro desentenderse de su función. Eventualmente se buscará un balance y uso medido que garantice igualdad de condiciones ante los equipos sin perder el espíritu de la competición en el medio. Lo cierto es que hoy el VAR fue justo con Venezuela, pero el fútbol no lo fue con Brasil: fue ampliamente superior en posesión y generación de juego pero no supo cerrar el partido: no importa cuanta tecnología se agregue, los goles se hacen, no se merecen.

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