Periodista. Fueguino por nacimiento y elección

Ante el arribo del periodo vacacional para las fábricas de la industria electrónica se confirmaron suspensiones, en el Grupo Garbarino (Digital Fueguina y Tecnosur) hasta el 1 de marzo. En BGH se realizó un paro en el último día laboral del 2018 frente a la misma posibilidad.

El 2018 fue, sin dudas, un año convulsionado para la industria electrónica de Tierra del Fuego y, fundamentalmente, de Río Grande. A las críticas situaciones de los empleados de Foxman y Audivic se dieron a conocer, en el transcurso del año, caídas de contratos en distintas plantas, y en otros casos los empleados apelaron al retiro voluntario, siempre con la clara intención de las empresas, de reducir el personal ante el sobrestock y la falta de demanda.

El escenario no se presenta mejor en pleno final de diciembre y la Unión Obrera Metalúrgica se manifestó, por ejemplo, en BGH, donde la última jornada laboral estuvo atravesada por un paro y asambleas.

Las versiones varían pero sí coinciden en la voluntad de la firma, de reducir el personal. En cuanto al retorno del periodo vacacional, los trabajadores se reincorporarían el 4 de febrero y serían suspendidos en el mes siguiente. Otra posibilidad es que los empleados regresen recién a principios de marzo.

Lo expuesto por BGH también se manifestó de manera muy similar en las fábricas que pertenecen al Grupo Garbarino: Digital Fueguina y Tecnosur. En ambos casos iniciarán sus vacaciones este viernes y volverán a sus puestos de trabajo recién el primer día de marzo, con la garantía de cobrar el salario de forma normal.

Las causas coinciden y, en el futuro inmediato, no se esperan cambios favorables. La sobreproducción y los inconvenientes en cuanto a las altas tasas para obtener créditos y adquirir insumos para trabajar, dificultan la reactivación en 2019. FAPESA es otra de las empresas afectadas y no queda ajena a la generalidad: el personal fue suspendido a fines de noviembre.

Dos firmas tocaron fondo, durante este año, en Río Grande. Foxman, pese a contar con nuevos dueños y tras varios años de lucha continua de sus trabajadores para sostener los puestos laborales, se mantiene sin producción hace meses, luego de que los empleados accedieran al pedido de los responsables de la firma, de cobrar sus haberes en cuotas. De hecho, a fines de octubre, los propios trabajadores pusieron a la venta algunos equipos de aire acondicionado para poder afrontar parte de la deuda salarial.

La restante es Audivic. En septiembre los empleados tomaron la planta de forma pacífica, a los efectos de resguardar los equipamientos, tras el sospechoso arribo de un camión en días anteriores, que amenazaba con retirar la maquinaria. Más allá de las continuas audiencias, la producción nunca se reactivó.

Además de los casos puntuales, quedan dos cuestiones generales por resolver en el seno de la industria electrónica. Una tiene que ver con los “préstamos” otorgados por AFARTE a los empleados. Al respecto, el secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Oscar Martínez, adelantó que no devolverían ese dinero, a lo cual Federico Hellemeyer, titular de la entidad que nuclea a las fábricas radicadas en Río Grande, contestó que no había “ninguna presentación escrita”, durante una de sus visitas a la ciudad.

Dichos actores mantienen un acuerdo macro (firmado por la UOM en noviembre del 2017 y ASIMRA en febrero de este año), en que las empresas se comprometieron a sostener los puestos de trabajo a cambio de no ofrecer paritarias.

¿Se mantendrá la voluntad de las partes? Ante un escenario que se presentaría con bajos índices de producción para el año próximo, parece bastante lejana la posibilidad de extender las condiciones hasta mayo de 2020, su fecha de expiración.

El 2018 trajo consigo serias reducciones de planta a partir de centenares de contratos caídos y es una incógnita cómo continuará el 2019 para el sector que contiene la mayor cantidad de empleados en la ciudad.

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