Isaac Asimov está considerado como uno de los autores de ciencia ficción más grandes de todos los tiempos.
Nació en Rusia pero cuando tenía tan solo tres años sus padres migraron a Estados Unidos. Desde pequeño se vio atraído por la ciencia, estudió ingeniería química para luego doctorarse en bioquímica. Pero su vocación de escritor lo llevó a abandonar la docencia que ejercía en la Universidad de Boston.
Publicó su primer cuento en 1939 en una revista (Astounding Science Fiction). Pero su obra más importante llegó en 1942, “La Fundación”, una saga que creció a partir del mundo Asimov por más de dos años.
Su primera novela larga fue “Un guijarro en el cielo» (1950) y desde allí en adelante su prolífica carrera como escritor nunca se detuvo.
Tal vez sus obras más conocidas (además de “La Fundación”) sean “El hombre bicentenario” o “Yo, robot” ya que ambas forman parte de la literatura que se volcó a la pantalla grande.
“Yo, robot” quizás sea el libro más popular sobre robots, fue escrita en 1950. Se menciona a menudo que este texto es uno de los que en mayor medida ha contribuido a sumar adeptos (sobre todo jóvenes) al género de la ciencia ficción. Cabe agregar que la robótica y la tecnología en general al momento de publicarse esta obra se encontraba recién en sus albores. Realmente su imaginación predijo hechos y avances que ni siquiera se vislumbraban en esa época.
Asimov esbozó las tres leyes fundamentales de la robótica con un fuerte arraigo en el campo de la ética y la psicología. Aquí también se adelantó por mucho a lo que la ciencia desarrollaría posteriormente.
El libro inicia con un reportaje a la Dra. Susan Calvin (el narrador es el propio entrevistador) y a partir de allí se entrelazan historias (robots que se utilizan como niñeras, robots enviados al espacio, robots que se pierden, robots que se hacen pasar por humanos) que llegan a una verdad sospechada e inexorable, las máquinas desean gobernar el mundo.
El texto nos plantea algunas preguntas: ¿qué sucedería si se perdiera el control de esta invención humana?, ¿cuáles serían las consecuencias y las acciones de esta rebelión?,¿podrían hipotéticamente gobernar el mundo y de qué forma lo harían?.
Un libro apto para todo público pero especialmente para adolescentes y adultos.
Cuando “El hombre bicentenario” fue llevada al cine se llamó Hombre bicentenario y el protagonista fue el recordado Robin Williams.
El tema ancla en la compra de un robot para que ayude en las tareas domésticas de una familia.
Ese ser solo tecnológico aparentemente, desarrolla la capacidad de humanizarse cuestionándose temas relevantes como lo son las relaciones humanas, el amor, la libertad, la muerte, el afecto (especialmente hacía Damita, es así como llamaba el robot a la hija menor de la familia que lo alberga), la capacidad de disfrute al realizar algunas tareas específicas.En definitiva madura, aprende, es capaz de decidir, tomar iniciativas y buscar el límite de lo humano.Así Andrew camina entre lo natural y lo artificial.
Como en cada uno de los libros de Asimov nos deja pensando en el significado de la vida, en el valor oculto de lo que tenemos y lo que queremos, resalta virtudes y abre un itinerario hacia la compasión, la tolerancia y el constante poder de superación de la humanidad.
Isaac Asimov decía: “Para tener buenas ideas también debemos consumir buenas ideas. El título no es el final, es sólo el principio”.
La constante formación, la capacidad de continuar aprendiendo, el deseo de progreso y el saberse poseedor de habilidades y técnicas producían en él que la curiosidad por temas diversos. Así desplegaba alas para su imaginación creadora.