El acuerdo entre la firma textil y los trabajadores, que implicó la reincoporación de 40 trabajadores y la reducción de un 14% de los salarios y las horas de trabajo, expiró la semana pasada. Ahora, la iniciativa de la parte empresarial es reducir, de nuevo, los días laborales, sin abonar las jornadas con suspensión de las tareas.
En esta ocasión, la posible modificación del cronograma de trabajo avanzaría, no sobre una porción de los empleados, sino sobre la totalidad de los trabajadores, más de 240, entre los que se encuentran afiliados a la Asociación Obrera Textil (AOT) y el Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines (SETIA).
El planteo implica, de esta parte hasta fin de año, trabajar de lunes a miércoles y detener la producción los jueves, viernes, sábado y domingo, a raíz de los bajos índices de venta.
Con base en las medidas anunciadas por el gobierno nacional, que favorecieron la importación de producto en detrimento de la industria nacional, la Fundación ProTejer (que nuclea a las empresas textiles más importantes del país) dio a conocer, en un amplio informe estadístico, una caída de la producción, en todo el país, del 16,4% desde 2015.
En contrapartida, la importación en el rubro textil aumentó en un 8,1% comparando 2015 y 2017; aproximadamente unas 264 mil toneladas. Por su parte, en los primeros siete meses de este año la importación creció en un 9,9% en toneladas, en relación al mismo periodo del 2017.
La cámara empresarial asegura que se destruyeron más de 80 mil puestos de trabajo de carácter formal, desde diciembre de 2015 hasta junio de 2018.
En Tierra del Fuego, la industria textil mantuvo la cantidad de puestos de trabajo (entre 700 y 800) producto de que, a diferencia de la electrónica, la modalidad de trabajo es efectiva y no se utilizan los denominados contratos “basura”.
Sin embargo, las empresas radicadas en este sector del país apelan a un cronograma de suspensión que, en la actualidad, se presenta en once de las doce empresas. La firma Fabrisur es la única excepción.
Entre esas once, Australtex ya tuvo la respuesta por parte de los trabajadores: “El gremio contestó los telegramas porque fue un acuerdo colectivo, a su vez los operarios también rechazaron los telegramas. Hicimos la denuncia que corresponde en el Ministerio de Trabajo de la provincia, el día viernes a la mañana, y estamos esperando que nos cite para una audiencia”, señaló Rogelio Sager, secretario General de la AOT.
Pese al panorama adverso, el dirigente sindical se mostró escéptico a un posible cierre de la planta: “No creo que quieran retirarse de la isla, lo que pasa es que estamos atravesando un momento muy complicado, con recesión, mucha importación y sin ventas. Es un desastre lo que está pasando con la industria textil en todo el país, acá también nos toca a nosotros”, describió.
En sintonía con el análisis del gremio SETIA, la AOT es crítica de las decisiones del gobierno nacional: “La solución sería que el señor Presidente (Mauricio Macri), que tenemos, corte con las importaciones. Por un lado tenemos las importaciones y por otro lado la recesión del consumo. Cuando uno no tiene plata en el bolsillo, no gasta. Esto es una cadena pero parece que el gobierno nacional no lo entiende”, cuestionó.
Después de resignar un 14 por ciento de los haberes en el acuerdo del mes de julio, cuando “los compañeros de adentro cedieron”, Sager explica que ya no hay más posibilidades de una nueva reducción: “No tenemos más margen, no se puede disminuir más el sueldo porque tendríamos que trabajar gratis”.
El presidente de la Fundación ProTejer, el surcoreano Yeal Kim, anticipó “un último trimestre con destrucción de empleo” en el que “la variable del ajuste lamentablemente van a ser los trabajadores”.
¿Hasta dónde aguantará la industria textil de Tierra del Fuego? Con los análisis coincidentes en la caída de la producción, el sobrestock y el bajo consumo, un futuro algo más alentador, por el momento, parece una utopía.
