Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

 

Pongámosnos en contexto: corría el año 2009 y el grano estrella, la soja, no obstante de haber visto mejores precios y encontrarse con mejores después; estaba cerca de los 400 USD. La 125, el campo contra los K, todavía estaba fresco en la memoria y la crisis de los Lehmann Brothers había dejado a más de uno sacando cuentas. Los años buenos y competitivos se nos habían quedado atrás; los que vendrían y aún están por venir están marcados por una inflación que el salario no llega a equiparar, un dólar que sube y no da señales de estabilizarse.

La por entonces presidente, Cristina Fernández de Kirchner, propuso a modo de distribuir los derechos de exportación del principal producto de la canasta de bienes argentina, el Fondo federal solidario o sojero. Estos derechos siempre fueron potestad nacional (el gravamen que se le cobra al productor por exportar un bien), pero Cristina optó por otorgar de forma excepcional fondos a las regiones para el «impacto positivo y genuino en las actividad económica a lo largo y ancho del territorio». El fondo estaba enfocado a una variedad de obras de infraestructura en áreas como salud, educación, vivienda o transporte.

El FFS transitó sus años mozos, como el boom del precio histórico de la soja en 2012 y sus menos; pero siempre fue una fuente fija de recursos para la obra pública. Este elemento que le dió margen de maniobra a los gobiernos provinciales y municipales a lo largo de sus 9 años de vida. La única condición era no utilizar sus fondos para gastos corrientes (pagar sueldos, acreedores, etc).

Desde la llegada de Cambiemos se ha observado un principal interés en los proyectos de infraestructura Público Privada, los famosos PPP, donde el empresario y el estado convergen en un proyecto. Ante la propuesta de una financiación privada empezó un recorte solapado, al menos en sus inicios, de los gastos de obra pública. Quizá por la mala reputación de las gestiones anteriores o simplemente otro tipo de enfoque, Cambiemos como gestión no es algo que el ciudadano asocie con obras a nivel país.

Ahora hablemos de números: por un lado figura la quita de este fondo en lo que resta de este año y el siguiente; que según datos del diario La Nación ronda los 434 millones de pesos. Ahora bien, 434 millones de pesos parecen un número irreal: ¿Qué vale 400 millones de pesos? Si visitamos el sitio de Gestión Trasparente de la Provincia (como para poner valores) podemos decir que con los fondos provenientes de la soja se podrían hacer:

  • 10 gimnasios como el de la Escuela Nº31 en Ushuaia
  • 5 plantas de residuos cloacales
  • El desarrollo troncal de Fibra Óptica (y nos quedarían 60 millones)
  • Pagar cerca de un tercio del Programa de Desarrollo Costero del Canal Beagle

¿Pierde la Provincia 400 millones de pesos? No, otro de los decretos del Ministerio de Hacienda determina la reducción del 66% en los reintegros de exportación. ¿Qué quiere decir? Dependiendo del grado de valor agregado que tiene un bien, este puedo contar con una alícuota que se conoce como reintegro. La misma va de 0 a 8% y es una forma de incentivar la exportación de un producto reintegrándole a quién lo vende parte de los impuestos. ¿Por qué lo reducen? El gobierno considera que con las modificaciones del impuesto al cheque y de ingresos brutos los exportadores ya no necesitan el reintegro (la reforma fiscal es gradual, por lo que le va a impactar al exportador de lleno la quita mientras que la reducción de pagos tardará años en ajustarse). 

Tierra del Fuego al no pagar impuestos nacionales no tiene reintegraciones al exportar, así que desde el descuento no se suma. Por otro lado, ahora que el Estado no devuelve ese 66% aumenta su recaudación y por ende lo que cooparticipa a las provincias; por lo que (según el Ministerio de Hacienda) el primer año se iría a pérdida pero para 2019 algunas provincia verían más fondos.

Hacienda dice que dejan de entrar 400 para obras, pero empiezan a entrar otros tantos que pueden ser gastados discrecionalmente, si le suena parecido recuerdo el “reajuste” a los jubilados: Durante la reforma provisional escuchamos que los abuelos no iban a ganar menos, sino que se iba a calcular distinto.

Lo cierto es que dentro de todo Tierra del Fuego fue de las menos afectadas pero el golpe duele igual. En el promedio nacional el recorte del FFS abarca cerca del 1.7% de los fondos con los que cuenta cada Provincia. Se preveía un recorte del Fondo Sojero en 2019 pero la crisis de los mercados emergentes y la disparada del dólar aceleraron el proceso y dejaron en una situación precaria a aquellos proyectos de obra pública en ejecución o por iniciarse. La necesidad de llegar a cuentas equilibradas y reducir el déficit cueste lo que cueste tendrá un impacto directo en las exportaciones (ahora menos rentables) y el empleo de la construcción, fuente de sustento en las clases más vulnerables.

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