En el imaginario popular argentino, más que nada de nuestros políticos, China es una especie de reloj suizo: tiene unos indicadores macroeconómicos excelentes y crece a pasos agigantados. Indagando un poco más que la estadística y el número del PBI vamos a encontrar una sociedad que crece pero se desarrolla poco, siendo testigo de grandes desigualdades: la falta de seguridad social y una educación principalmente privada son algunos de los puntos sobre los cuales el partido trabaja a diario. Hoy, les traigo una situación que no llegó a las cadenas de medios internacionales: el paro de los transportistas.
No cometamos el error de trasladar Argentina a China: el paro no fue total, el país no se paralizó y no obstante de estar en agenda del gobierno, no es tema de vida o muerte. China no tiene un Moyano y los reclamos tienen menos que ver con porcentajes y más en cómo se maneja el rubro. Vayamos por partes: en China la gran mayoría de los transportistas opera de forma independiente. En este sistema de tercerización del transporte hoy es controlado por empresas a modo de intermediario, principalmente Manbang. Esta app, al estilo de Uber, permite a los contratistas independientes contactarse con empresas que deseen mover la mercadería de un punto a otro, lo que genera una flexibilidad de precios. Lo que un camionero nos cobraría 10 otro lo podría hacer por 8.
Hasta acá todo bien: Manbang nos permite como empresarios o industriales tener menores costos logísiticos para ser más competitivos, el tema es ¿Qué pasa con el transportista? Diría que hay 3 puntos que influyen drásticamente en cómo el transportista opera.
Precio del petróleo: esta probablemente es la variable más volátil. Con los precios elevados del barril en el último tiempo los costos fijos se acrecientan y recortan el margen de ganancia del transporte independiente. Un precio del Brent que en el interanual ronda el 50% de crecimiento complica las cosas; pensemos que en un mercado desregulado el precio del combustible depende del precio del barril.
Competencia: para los transportistas en China no hay una limitación geográfica, por lo que un independiente que vive en el oeste del país (con un costo de vida mucho más bajo que en la costa) puede operar en el Delta del Río Perla, donde la gran mayoría de las fábricas están radicadas. ¿Qué quiere decir esto? Aquel que tiene un costo de vida menor puede ofrecer precios más bajos que el local, por lo que distorsiona el costo real y lleva muchas veces a operar en márgenes mínimos con tal de tener trabajo.
Estado ausente: Quizá el punto más en contra del gobierno de los reclamados es la mención a las tarifas aleatorias. Peajes y multas tienen un estándar arbitrario entre las distintas provincias chinas, lo que lleva al transportista a no poder calcular dichos costos y en más de un caso salir en pérdida con el viaje. Imaginen que los costos de peajes son según “la cara del consumidor” o que las multas oscilen de precios según el área. El pobre control a Manbang, la fusión de las dos compañías que controlaban el 90% del mercado, lleva a esta medida de fuerza.
Cabe destacar que hoy son los camioneros, pero en los primeros días de mayo fueron los operadores de grúas (con detenidos de por medio) y un tiempo antes el transporte urbano de mercaderías y de alimentos. El gremio o unión sindical de transportistas chinos está en pañales y da sus primeros pasos buscando adhesión de los trabajadores. Lo cierto es que hay cierta resistencia a las demostraciones públicas contra el gobierno y los trabajadores prefieren depender de un sistema más comunitario de ayuda que una institución.
A su vez el gobierno busca automatizar buena parte de los traslados internos por camiones, como es el caso del puerto de Qingdao y de Yangshan, donde no hay personal y el sistema opera de forma autómatica.
¿Qué piensa hacer el gobierno?
Por ahora analizan opciones y no han dejado trascender ninguna información con respecto a medidas. Lo cierto es que algunas de las variables escapan a su control, como el precio del crudo. China no es un país particularmente favorable al subsidio (en este caso combustible) por lo que se intuye que las medias podrían tener que ver con regulaciones más claras en cuanto a ubicación geográfica, impuestos, peajes y regulación de empresas.
Gran parte de las medidas de protestas provienen de una preocupación del trabajador chino por la tercerización laboral con la aparición de aplicaciones: Manbang, así como otras en el reparto de comida (ele.me parte del gigante Alibaba) ofrecen servicios de bajo costo al cliente reduciendo los controles y beneficios de quiénes realizan la tarea. Dicha precarización lleva a mayor carga de trabajo y menores controles sobre las herramientas que se utilizan: sean camiones o motos con exceso de peso y sin los chequeos mecánicos o un chofer que no tiene las horas de descanso suficientes el costo por algún lado surge.
El gobierno chino tendrá que encontrar un balance entre permitir la entrada de nuevas formas de negocios y las protecciones que un estado debe ofrecer a sus trabajadores: el precio del progreso no puede trasladarse siempre a la mano de obra menos calificada.