Periodista de Tierra del Fuego.

El viernes terminó la primera parte de un juicio oral que tenia en vilo a la ciudad de Ushuaia ya que el acusado es un importante empresario local y la denuncia de abuso sexual a dos menores de edad, una de ellas hija de amigos de la familia y que compartían los fines de semana en la chacra del acusado.

Si bien los jueces del tribunal oral condenaron a 8 años de prisión de cumplimiento efectivo “más las accesorias legales” por los delitos de abuso sexual simple en número indeterminado de veces y abuso sexual agravado por acceso carnal, el acusado permanecerá en libertad hasta tanto quede firme dicha condena.

Héctor Darío “El gringo” Weiss esperará en libertad, con algunas reglas de conducta el tiempo que lleve todo este proceso. Lo veremos pasear por la provincia revisando sus empresas, controlando sus cuentas en los bancos, pero siendo mirado de reojo por los vecinos de la ciudad. El conocido empresario seguirá manejando sus negocios familiares, sumando poder y tratando de estirar la causa. Mientras más se enfríe el tema más pronto los vecinos olvidarán quién es y qué hizo para ser condenado.

Este juicio tomó estado público muy rápido, habida cuenta que tanto el acusado como las víctimas son familias muy conocidas en la ciudad. Tuvo su momento de zozobra, cuando el fiscal de la causa – luego fue apartado – Nicolás Arias solicitó instrumentar el mecanismo de “omisión de debate”, que implica que el juicio no se realice y que el Tribunal evalúe un pedido de condena propuesto por la Fiscalía. Arias planteó la «falta de antecedentes” del empresario y escribió que “la edad y la educación también los considero como atenuantes, pues (Weiss) no culminó sus estudios secundarios”, además resulta “sostén económico familiar y posee dos hijos menores de edad”.

Estas declaraciones del fiscal no solo causaron malestar social sino el rechazo de los abogados querellantes y la reacción del jefe de fiscales Oscar Fappiano quien se mostró sorprendido y lo separó de la causa.

Citando parrfos del diario local Diario del Fin del Mundo, que hizo un d¡seguimiento exhaustivo de la causa podemos entender el desarrollo de la misma.

El procesamiento dictado por la jueza de instrucción María Cristina Barrionuevo el año pasado dió por demostrado (de forma preliminar) que Weiss sedujo y mantuvo una relación sentimental durante seis meses con una menor de 14 años, a quien manoseó en reiteradas ocasiones y con la que finalmente tuvo relaciones sexuales hasta que la chica pudo dar cuenta de lo que estaba ocurriendo y su madre realizó la denuncia penal.

A su vez, la investigación sumó evidencias para procesar al mismo sujeto, dueño de la concesionaria Citroën en Ushuaia (de nombre Grenoble) y de la distribuidora Quilmes, por los “reiterados tocamientos” que le habría proferido a una niña cuando tenía 8 años, y hasta que cumplió 11 o 12 años, en un hecho que salió a la luz cuando la menor, ya con 13 años de edad, logró contar lo que le había ocurrido a una profesora del colegio que tomó intervención en el caso y posibilitó que los padres radicaran la denuncia.

Según describió Barrionuevo, el empresario “se aprovechó de la inmadurez emocional” de la adolescente de 14 años y “aunque parezca irreal en los tiempos que corren”, usaba la excusa de invitarla con caramelos para que concurriera a su oficina comercial, aprovechándose también de la relación de amistad que tenían ambas familias.

Aunque la conocía de mucho antes, el intercambio de mensajes de texto y las maniobras para seducir a la chica habrían comenzado en octubre de 2016, cuando el hombre, 33 años mayor que ella, comenzó a “tocarla en sus partes íntimas” en circunstancias en que la menor concurría con su padrastro a una chacra del empresario.

Weiss “delineó su accionar con la finalidad última de mantener relaciones con una niña de sólo 14 años de edad, cuya inexperiencia sexual quedó acreditada”, aseveró la jueza en su pronunciamiento.

En tanto, la otra chica también declaró en la causa y brindó un “pormenorizado relato del tiempo, modo y lugar en que se habrían producido los tocamientos”, muchos de ellos cuando también concurría a la chacra de Weiss.

De acuerdo a lo que demostró la Justicia, el sujeto le tocaba “la cola y los pechos cuando iban a darle de comer a los animales, y la besó en la boca en una oportunidad”.

“El poder de persuasión y de manipulación ejercido por Weiss iba estrechamente relacionado con vínculo que tenía con el padre de la chica, y con una situación legal que la menor sobredimensionó, lo que le provocó miedo y temor”, escribió Barrionuevo. 

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