Hans Ruesch (Nápoles, Italia 1913- Massagno, Suiza 2007) nació en el seno de una familia adinerada de industriales. Repartió su vida entre dos pasiones: el automovilismo y la literatura. Tal vez su libro más conocido es “El país de las sombras largas”. Esta novela fue escrita en el año 1950 y en ella cuenta la monótona vida de Emenek, un mal denominado esquimal que vive en el Ártico. Su principal fuente de preocupación es tener una buena temporada de caza. El clima es sumamente riguroso, con lo cual la comida no abunda siempre.
Los innuits (los hombres) deben afrontar la oscuridad durante cinco meses, el mar está helado y su refugio se reparte entre los iglúes y el calor de su familia.
Emenek está en la búsqueda de una esposa y pronto se encontrará con dos bellas hermanas (Imina y Asiak) y una duda. ¿A cuál de ellas hará su esposa?
Pronto se convertirá en padre y el hombre blanco pisará su amada tierra. Se avecinan grandes cambios.
Es una historia donde pasarán por nuestras cabezas tabúes y creencias con las que cargamos como sociedad occidental. Muchas veces es difícil ver con nuestros ojos las situaciones y separar lo práctico de lo moralmente aceptado. Pensar en el significado y el valor de los amuletos, ver a la caza como un vehículo de supervivencia y no como un deporte. Comprender que un animal puede ser un proveedor o una compañía. Subsistir o morir, tan simple como eso. Leer los detalles para compartirlos con los futuros cazadores, la interacción con el duro entorno exterior nos transporta a una de las regiones más inhóspitas de la Tierra.
La galería de personajes es diversa y en esta novela contemporánea aparecen los lazos de la cultura Inuit y el paisaje donde muy a su pesar, brota abruptamente el hombre blanco. Este encuentro viene atado a nuevos desafíos y las consecuencias de ese acercamiento.
El autor nos sumerge en una vida diferente a la que es conocida. Los personajes son las piezas fundamentales de una familia que todos los días debe aprender algo nuevo. Aún hoy este libro puede resultar una lección sobre una cultura distinta a la nuestra.
Emenek y Asiak llevarán adelante una vida juntos tratando de sobrevivir junto a sus descendientes.
En el año 1974 el autor publicó la segunda entrega de la saga, “El regreso al País de las Sombras Largas” donde nos cuenta la vida de Papik e Ivalú, los hijos de Emenek, interactuando con el hombre blanco. Él ha llegado cargando fusiles, tabaco, petróleo y hasta la idea de un único Dios.
“…Huye de un dios que te dice: Quiero ser amado sobre todas las cosas, porque de no ser así, te arrojaré a un horno en llamas. Cree en cambio, en un dios que te diga: Pequeña Ivalú, te amo mucho, y no deseo otra cosa que tu felicidad”.