Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Francisco Coloane fue un escritor chileno (Chile 1910- 2002) afincado en el extremo sur de su país. Ello lo llevó a encauzar sus ideas dentro de un territorio que acercaba la naturaleza a sus lectores. La descripción del espacio geográfico rústico y el clima extremo llevan a hacernos sentir la dureza de los arbustos achaparrados, los hielos milenarios, los días de interminable oscuridad y la calma que trae la lluvia. 

“Cabo de Hornos” es un cuento que fue publicado en el año 1941, allí Coloane incorpora elementos cercanos a disciplinas científicas como la paleontología, la botánica, la historia, la geografía, la ecología, la geología y la etnografía. Así el relato abarca la integridad de la vida al sur del Cabo de Hornos. Transmitió con profunda fuerza la aventura que supone el paisaje geográfico y humano del extremo austral de Chile. 

El autor había nacido en Chiloé, era hijo de un capitán de barco, su madre prefería la tierra, su ámbito era rural.

El libro “Cabo de Hornos y otros cuentos” compila a modo de antología tres cuentos. Mencionaremos aquí el relato que le da nombre a la obra. 

Jackie y Peter viven en la isla de Sunstar, ellos cazan lobos marinos. Un día descubren que ya no son los únicos dos habitantes allí. Un prófugo de la justicia se presenta pidiendo ayuda a cambio de darles información sobre una colonia de lobos marinos.

El cuento el “Cucuro” nos remite a un cachorro abandonado. Este es adoptado por Subriabe, un ovejero. Serán fieles compañeros y su mayor o peor aventura será intentar salvar a unas doscientas ovejas atrapadas en una tormenta de nieve.

Así escribe:” Hombres rudos, solitarios… estos hombres aman a sus perros como a la vida misma y no porque sólo estén olvidados de ternura, sino porque esos perros son únicos en inteligencia, y la cercanía con la vida primitiva les ha enseñado que a veces un perro es mejor que un hombre, al menos no tiene tantas mudanzas.”

Hombres ovejeros y marinos domados por el viento, el frío que cala los huesos, sin mujeres a su lado, en soledad desafiando la muerte en la inmensidad infinita donde las creencias y las supersticiones rondan cada puesto de campo.

Francisco Coloane era algo más que un narrador de heladas peripecias. Integró el paisaje a la acción, presentando el drama humano donde la soledad, el terreno austral, la poderosa naturaleza y los límites, decodifican el tiempo y el método en su afán de subsistir.

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