El vertiginoso calendario electoral argentino no da tiempo para respiros: cada bienio trae consigo una intensa campaña electoral, preludio del escrutinio que en este caso definirá tres bancas de senadores y dos de diputados. Actualmente el radicalismo ostenta un escaño en la Cámara Alta con Pablo Blanco, mientras que el peronismo dos en María Eugenia Duré y Cristina López, en reemplazo del difunto Matías Rodríguez. En diputados serán dos: Carolina Yutrovic por el PJ y la vacante por el fallecimiento de Héctor “Tito” Stefani, que permanece en un limbo legal donde Ricardo Garramuño parece llevar la delantera.
A pesar de ser un año cargado para la política nacional por estas elecciones de medio término, Tierra del Fuego aún podría llamar una vez más a sus ciudadanos a las urnas. La resolución de la Justicia aún está pendiente sobre el llamado a elecciones para la reforma constitucional que en 2024 quedó atrapada en un confuso episodio de firmas fuera de término. Con los comicios para senadores y diputados en octubre, todavía restar saber cuál será el destino de las PASO, algo que resultaría en tres fines de semana de “incordio” para la comunidad.
Ahora bien, con un calendario cuanto menos cargado, los acuerdos políticos actuales son uno de los puntos principales a analizar, infiriendo eventuales alianzas y boletas compartidas. Para la ilustre, o no tanto, clase política será además un período clave: cuál es la percepción del votante sobre su tarea, brindando una estimación cuantitativa de su desempeño. Los números no mienten.
Frente Melella-Vuoto: capitalizar el descontento
En esta larga lista de deducciones educadas, la primera sería que el Partido Justicialista y FORJA trabajarán juntos de cara a octubre. La recomposición de la relación entre sus dos figuras más importantes, el gobernador y el intendente de Ushuaia, así como el acercamiento en la Legislatura Provincial nos permite imaginar un escenario de alianza buscando retener sus dos senadoras y diputada. La gran pregunta será ¿Buscarán repetir o habrá terceros en discordia?. El más prominente de esos que “quieren ser” es el actual jefe de Gabinete provincial y alfil del gobernador, Agustín Tita, aunque con el correr de las semanas otros buscarán posicionarse como posibles candidatos. Las interrogantes en este, quizás el frente más grande, son dos: el rol del Movimiento Popular Fueguino, hoy desplazado en el ámbito legislativo y la posición de los intendentes de Tolhuin y Río Grande, que no parecen tan cercanos a Vuoto desde hace tiempo. En el caso del MPF, la separación parece más inminente con Urquiza todavía integrada al esquema FORJA, mientras que Villegas y Löffler podrían embarcarse a una nueva aventura.
En el caso del Partido Justicialista la situación es un poco más compleja: los rumores de una separación en Provincia de Buenos Aires entre Cristina Fernández y Axel Kicillof asoman en el horizonte, lo que podría romper la lógica de unidad que primó en el espacio político durante las últimas elecciones. Con esa famosa “gran interna peronista” que se promete, pero nadie parece querer hacer, es una interrogante si llegará la orden de juntarse desde la capital del país, y si los intendentes ubicados al norte del Paso Garibaldi acatarán la orden a regañadientes.
La Libertad Avanza: una prueba de fuego hacia una ¿elección histórica?
Mientras en el peronismo y FORJA puede llegar a haber incertidumbre, en los ámbitos liberales hay entusiasmo. Aunque a nivel nacional persisten las purgas de los que alguna vez fueron el riñón de Milei, como es el caso del legislador porteño Marra, en Ushuaia Agustín Coto es hombre de mesa chica junto al “Jefe” Karina Milei. El hoy legislador sería ficha puesta para el Senado, quedando pendiente determinar quiénes lo acompañarían en la lista, pudiendo intervenir el armado del PRO en Ushuaia o algún nuevo actor. Para este espacio político, la elección, además de ser la posibilidad de continuar escribiendo historia, será también una prueba de fuego para saber de forma certera cuál es la percepción del presidente Milei en la isla.
Unión Cívica Radical: Blanco ¿y?
El senador Pablo Blanco ya es un viejo conocido del Congreso Nacional y, seguramente, buscará sostener la banca que logró allá por 2019. La realidad es que hoy, el panorama político a nivel nacional es muy distinto del de hace 6 años. La UCR en la provincia fue pasada por un desarmadero político, con integrantes hoy en FORJA y otros más cerca de los liberales, en un claro reflejo de lo sucedido en todo el país. Con unas internas mediante, la pregunta pasará por la presencia del radicalismo como partido, y que otros nombres podrían ser parte de la lista.
Somos Fueguinos: “Chispita” volverá a la carga
Aunque muchas veces se haga el chiste de la “eterna candidata”, Liliana “Chispita” Fadul es una de las figuras más longevas dentro del escenario político provincial. Con algunos años malos, y alianzas hoy un poco pudorosas, los buenos resultados del último tiempo le permiten soñar con una postulación hacia el Senado que, de presentarse una elección fragmentada, le podrían alcanzar. En la lista de Diputados, Garramuño intentará alcanzar la banca, que de ser juramentado, contaría como renovación.
PAR: una variable que puede romper el equilibrio
El Partido Arraigo y Renovación, fundado por Luis “Lolo” Cárdenas, es un nombre que no suena en la política local desde su fallecimiento. Ahora motorizado por la incorporación de Gustavo Ventura, quién supo ser Secretario de Desarrollo Económico (más conocido por la Tarjeta +U) y de Turismo, parece volver a sumarse a la contienda aunque sus integrantes hablan de proyectar de cara a 2027. En un proceso electoral donde cada voto cuenta, y que podría convertirse en uno múltiple, son varios los que comienzan a explorar acercamientos de espacios como el PAR, quizás inclinado así la balanza hacia la tan codiciada banca.
La elección, o elecciones, no están tan lejos como indica el calendario. Con mucho por determinarse, los distintos partidos políticos comenzarán el arduo trabajo de ganarse la confianza de la vecina y el vecino fueguino, con el objetivo de representarlos en Buenos Aires. También, estarán atados a sus propios destinos: la percepción nacional, ya sea del presidente para los liberales o la oposición para el resto, influye de forma significativa. 2025 será de todo, menos un año tranquilo a nivel electoral, con múltiples fechas “a confirmar”.