Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Quizás Humberto Eco (Italia 1932-2010) sea unos de los escritores italianos que se encontró en la primera línea de batalla cultural dada allá por el año 1968. Honraba el poder de la cultura, pensaba que ella sería parte del dominio arrollador que cambiaría el mundo. Esa sería la memoria de la humanidad.

“El nombre de la rosa” (publicado en el año 1980) probablemente sea su obra más conocida. Pero hoy revolotearemos por “Construir al enemigo” (publicado después de su muerte, en el año 2012) al cual él mismo en su prólogo definió como la reunión de “textos de ocasión”. Algunos nacieron por el propio placer de escribir, otros por trabajo. Sus temas tan variados fluctúan entre el análisis de las políticas aplicadas por Barack Obama y Ángela Merkel hasta llegar al temor de los ciudadanos por las oleadas migratorias en Italia en particular y en Europa en general.

Sostiene que en verdad hay construcciones de discursos que engendran demonios (verdaderos o ficticios) y que el poder de la reiteración agiganta su figura. Esos demonios hacen que vivamos el entorno como un verdadero infierno. Ponemos vallas, levantamos muros, pero no construimos puentes. Suponemos situaciones que quizás nunca se den, prejuzgamos y no nos gusta equivocarnos porque demuestra debilidad (aunque sea en nuestras fantasías).

Aborda el tema de la corrupción dentro de la política italiana asociada estrechamente a la belleza y la juventud, el poder, el dinero, el ruido mediático. Todos ellos son la mezcla perfecta que da como resultado la distracción del ciudadano. Así es como se nos van pasando esos enormes elefantes rosa que no vemos o no queremos ver.

Hacia el final de este libro Humberto Eco se hace varios cuestionamientos sobre el poder de la ética y su valor. Su respuesta es irrebatible:”…La instancia ética sobreviene no cuando fingimos que no hay enemigos, sino cuando se intenta entenderlos, ponerse en su lugar…”

En pocas palabras tener un enemigo próximo, cercano, conocido, odiable es importante. Toda aquella persona o grupo de personas que se ve, se nota y se siente diferente son enemigos potenciales, en gestación. Este será una mochila donde descargaremos nuestras falencias, dudas, errores y miedos.

Si no existe lo creamos, si no hizo nada lo haremos confesar igual. Hasta él mismo se creerá ser el apoderado de la maldad.

Para tomar impulso y sumergirnos en este libro dejamos las palabras del propio Humberto Eco: “El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee”. Este es uno de ellos.

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