Hay diferentes artículos y estudios que indican una especie de valoración de aquellos idiomas que resultan más difíciles de aprender para un hispanoparlante. Ello basado en los sistemas de escritura, la gramática y la tonalidad. Así aparece en primer lugar el árabe (basado en la diversidad de dialectos). Le siguen: el cantonés (acompañado de su complejo sistema de escritura), el vasco (y su uso del alfabeto romano), el finlandés, el húngaro, el japonés, el mandarín, el coreano y más cercano a nuestras tierras, el guaraní.
Por oposición también encontramos aquellos nos resultan más próximos y fáciles de aprender. Allí encontramos al portugués, el italiano, el francés, el catalán, el rumano (considerada la quinta lengua románica hablada en la Unión Europea) y el inglés.
Aunque existe una lengua llamada artificial o construida, denominada Toki Pona. Una especie de idioma minimalista que consta de tan sólo ciento veintitrés palabras cortas (la mayor parte de ellas no sobrepasan la condición de ser bisílabas). Su gramática es sumamente sencilla y no existen los temidos tiempos verbales (como en el chino mandarín).
Gran cantidad de sus términos definen su significado por contexto, por lo cual una sola palabra es multiuso, dependiendo de cuáles sean sus compañeras dentro de la frase.
Toki Pona significa “buen lenguaje” o “lenguaje sencillo” y su creadora, la lingüista, filóloga y traductora canadiense, Sonja Lang (nacida en Canadá en el año 1978) define la experiencia del aprendizaje de este idioma como una especie de “gimnasia mental o yoga” a la cual considera como una “lengua artística filosófica”.
La lógica que inspiró su creación fue expresar el máximo de significados con un mínimo de esfuerzo.
Se cree que entre tres mil quinientas a cuatro mil personas manejan este idioma en el mundo y son consideradas sujetos creativos que amalgaman lo mejor posible los términos a fin de expresarse y utilizar como una herramienta de comunicación esta lengua artificial.
Es particularmente un lenguaje aproximado, por ejemplo cuenta sólo con cinco términos para nombrar todos los colores, cuando en verdad hay más de ciento veintiocho palabras que definen diferentes tonos en nuestro idioma. Para algunos de ellos el Toki Pona utiliza elementos u objetos que sin duda definen ese color.
Sus hablantes aseguran que no lleva más de treinta horas aprenderlo y este proceso se realiza por medio de un sistema de tarjetas.
Algunos ejemplos:- Bienvenido: Kama pona (traducido sería algo cercano a venir bien)
- Buenos días: Tenpo suno pona (bueno día)
- Feliz cumpleaños: Sina sike e sumo (tu vas alrededor del sol)