Mercenario quizás sea una palabra fuerte, pero será el final de la nota el que justifique si la denominación podría ser o no correcta.
La historia de “Moncho” es una figurita repetida en la política: un líder sindical que lleva sendos años en su cargo, siempre con la mirada puesta en hacer la transición hacia pastos más verdes como son los de la política partidaria. Ramón Calderón intentó, sin buenos resultados, alcanzar su sueño: una banca en la Legislatura. Probó suerte con el Partido Verde, pero quedó lejos y al fondo en su frustrada experiencia electoral.
“Moncho”, a cargo de la UTHGRA (el gremio de los hoteleros y gastrónomicos) era un fiel soldado de la gestión Bertone, defendiendo a capa y espada leyes conocidas como las del 6 y 7 de enero de 2016, referidas al régimen jubilatorio. En más de una ocasión, se cruzó con sus pares un tanto más exitosos, diciendo que solo buscaban “llevar agua para su molino” dilatando los conflictos.
“Moncho”, aquel bertonista de pura cepa que nada dijo de estos cambios, en un para nada sorpresivo giro de 180° ahora se llama a silencio con el cambio de la ley en la Legislatura Provincial. Si bien nadie resiste a un archivo, el representante de UTHGRA podría hacer un esfuerzo por simular un resabio de consistencia en su discurso.
Siguiendo con esos giros tan irónicos del destino “Moncho”, con balde en mano, está pecando de lo mismo que criticaba: usar un espacio pensado para la defensa de las y los trabajadores en pos de un beneficio propio. No son novedad ni sorpresa las medidas de fuerza que vemos en distintos locales de la ciudad de Ushuaia, el problema pasa porque las mismas van en contra de un acuerdo firmado entre la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina y la Unión de Trabajadores de Turismo, Hoteleros y Gastronómicos a nivel nacional.
El 14 de octubre de este año, las dos organizaciones firmaron una tregua de negociación ante el Ministerio de Trabajo, poniendo como límite el 14 de noviembre. La idea de la propuesta es mantener la paz social, evitando medidas de acción directa, protesta y/o conflicto. A nivel país parece que tanto representantes de las y los trabajadores como el empresariado entiende que hay cosas por ajustar, pero lo principal es “mantener las apariencias” aprovechando el último tirón del Pre-Viaje.
¿Por qué Ushuaia no sigue la línea del sindicato a nivel nacional? Bueno, en pocas palabras la posición que acordó el sindicato que lidera José Luis Barrionuevo no se alinean con los intereses de “Moncho” Calderón. Aprovechando que cuestionar la veracidad de una medida gremial es un tabú ligado a posiciones conservadoras o “de facho”, Calderón aprovecha y saca rédito personal de la estructura sindical.
La tensión entre las y los trabajadores y las empresas son una parte lógica del proceder de un negocio, donde cada parte busca maximizar beneficios. Los sindicatos surgen como una herramienta que permite aunar las posiciones de las y los obreros, bajo el principio de “la unión hace a la fuerza”. En el caso de UTHGRA en Ushuaia, parece que el gremio termina siendo una herramienta más en el arsenal de un fallido aspirante a político.
Las medidas, que poco efecto tienen en los grupos empresarios dado el acuerdo a nivel nacional, terminan impactando al sector que sostiene la economía de la ciudad: el turismo. Quienes visitan la ciudad se encuentran con este extraño panorama de protesta, que si bien no es el fin del mundo, no responde a un reclamo fundado en la necesidad de las y los representados, sino en una utilización política del “Moncho” por un beneficio exclusivo hacia su persona.
Si tomamos la definición más “combativa” de mercenario, diríamos que es aquel que lucha a cambio de dinero o de un favor y sin motivaciones ideológicas. “Moncho” nunca cambió de ideología: él es oficialista, el problema es que los gobiernos cambian. En esta búsqueda de un lugar al fondo de alguna lista para 2023, Calderón termina debilitando el espacio que lo vio nacer políticamente y escala el conflicto de un sector que recién ahora comienza a ver en el horizonte una recuperación plena. Si es o no es, en definitiva quedará a consideración de cada uno de las y los que nos leen.
