Saliendo un poco de la vorágine política que se vive en la capital de Ushuaia, también hay noticias en el resto de la provincia. Luego de larga gestión del intendente Martín Pérez y el Ministro de Economía, Obras y Servicios Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, llegaron buenas nuevas para el deporte riograndense: comenzará el llamado a licitación para la segunda etapa del Nuevo Natatorio de Río Grande. Con una inversión de casi 500 millones de pesos, las nuevas instalaciones vendrá a completar unas instalaciones con pileta olímpica climatizada con gradas, así como revitalizar el área lindante al edificio.
Si hacemos algo de memoria, la obra del natatorio se encontraba paralizada y la primer parte realizada cubría solo la base de todo el equipamiento con el que contará una vez finalizadas las tareas. Ahora, con la construcción de una nueva sala de máquinas, un sistema de red contra incendios y sistema de alarmas así como un sistema de calefacción para el edificio y para climatizar la pileta. La obra, que tendrá un plazo de 10 meses de ejecución, dejará al Municipio de Río Grande con una pileta de nivel olímpico para llevar adelante competiciones, así como un edificio con dependencias y hasta una confitería, cambiando el paisaje del área y generando un espacio renovado para la práctica de deporte.
Pérez destacó que “hubo que elaborar un nuevo proyecto, prácticamente desde cero” y que en gran medida este trabajo fue posible “gracias a la decisión política del ministro Katopodis”. La inversión del Ministerio de Economía, Obras y Servicios Públicas de la Nación será de $ 467.095.639,97 proyectados, casi 500 millones del programa de Apoyo al Desarrollo de Infraestructura Municipal y Comunal que impulsa el Gobierno Nacional.
Lo cierto es que este tipo de iniciativas, son oxígeno para ciudades tan aisladas y australes como las de nuestra provincia. En Río Grande, como en Ushuaia y Tolhuin, todo parece “costar” un poquito más para hacerse; no es lo mismo el nivel de infraestructura para una pileta de estas características en la Patagonia profunda, que en el centro del país y ni que hablar el norte de la Argentina.
Tierra del Fuego, que históricamente se vio relegada en las inversiones del Estado Nacional, hoy gracias a la sintonía fina que los dirigentes políticos como Pérez tienen con los ministros nacionales, recibe fondos para obras de gran magnitud. Esta obra, sumado a los 2.170 millones que el Estado Nacional ya había comprometido en la ciudad, permite proyectar un desarrollo de actividades recreativas y deportivas para jóvenes y adultos, ahora si con la infraestructura adecuada.
Esta pileta, que tiene 27 metros de ancho y 50 de largo de tecnología italiana y con capacidad para 2 millones de litros de agua, vendrá con todos los “chiches” en temas de seguridad, filtrado y climatización, para que el crudo clima en el que vivimos no sea un detrimento para practicar natación.
De la misma manera, le abre la puerta a Río Grande a crecer en actividades como el turismo deportivo, organizando competencias o siendo anfitrión de las mismas, algo que mueve la economía local por fuera de la gran demanda de mano de obra que tendrá la construcción de la infraestructura.
Martín Pérez hoy comienza a completar un sueño que había quedado inconcluso para las y los riograndeses, que veían un edificio empezado, pero al que le faltaban cosas para estar en plenas capacidades. El Nuevo Natatorio, junto a las obras de infraestructura vial como la doble Avenida Santa Fé, la Rotonda de las Américas o el Centro Integral de la Mujer y el nuevo servicio de Radiología Municipal le cambian la cara a la ciudad para bien. El esfuerzo de la obra pública en Río Grande empieza a rendir frutos.