Witold Gombrowicz había nacido en el año 1904 en Polonia, su familia era católica, rica e influyente. La propiedad de su padre quedaba a tan solo doscientos kilómetros de Varsovia. Acaso por accidente y a causa de una invitación con la excusa de inaugurar un transatlántico polaco, el Chrobrry, llegó al puerto de Buenos Aires como periodista.
Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, Witold decide no regresar a su tierra, por ello vive en Argentina desde el año 1939 al 1963. El inicio de su carrera literaria comenzó con “Ferdydurke” (1937) la cual escribió en Polonia, el resto de sus obras fueron producto de su estancia en nuestro país.
“Ferdydurke” puede definirse como una sátira irreverente producto de la experiencia de Witold dentro del ámbito escolar. Su protagonista Pepe (Joseph Kowalski) debe regresar obligadamente al colegio y aunque cuenta con casi treinta años, será forzado a tener actitudes de un joven de apenas dieciséis. Así pasa de ser un hombre a un chico poco realista y sumamente inmaduro. Ese joven y su grupo apuestan constantemente a transgredir los límites, por ello enfrenta con tenacidad a los maestros y supervisores.
Es un libro profundamente original, sobre todo en su traducción. Este fue escrito íntegramente en polaco y traducido posteriormente (1947) por la editorial Argos de Buenos Aires a nuestro idioma.
Gombrowicz tenía como amigos a Ernesto Sábato, Victoria y Silvina Ocampo y Jorge Luis Borges, con ellos se comunicaba en francés. Aunque cuenta la leyenda que las diferencias de criterios literarios eran notables con los integrantes del grupo Sur. Witold resumió esas desavenencias con estas palabras: “A mí me encantaba la oscuridad de Retiro, a ellos las luces de París”. Muy claro y descriptivo por cierto.
Es verdad que su comportamiento era transgresor, rebelde y se volvía exageradamente intratable. Quizás por ello se decía que el grupo Sur lo despreciaba y que Borges había confesado nunca haberlo leído. Con absoluta franqueza también debemos decir que Gombrowicz aquí era un escritor desconocido. Allí, en Polonia era un artista que recién comenzaba a moverse dentro de los círculos intelectuales.
El exilio argentino logró la producción de “El casamiento” (1948) la cual era una pieza teatral, la novela “Trans-Atlántico” (1952), “Pornografía” (1960), “Cosmos” publicada luego de su regreso de Europa en el año 1965 y “Diario” (1953-1969) el cual con tono intimista logra establecer una crítica dura hacia sus conciudadanos y la doble moral de la época, aunque tampoco olvida la ambigüedad por la que atraviesa su espíritu desterrado en Argentina.
Así la definía:”La característica de Argentina es una belleza joven y baja, próxima al suelo, y no se la encuentra en cantidades apreciables en las capas medias o superiores. Aquí únicamente el vulgo es distinguido. Sólo el pueblo es aristócrata. Únicamente la juventud es infalible. Es un país al revés, donde el pillo vendedor de una revista literaria tiene más estilo que todos los colaboradores de esa revista…”
Luego de esa definición descarnada el puerto de Buenos Aires lo veía alejarse a bordo del buque Federico, el cual lo devolvería para siempre a Europa, aunque no a su tierra natal, Polonia; sino a Francia donde fallecería en el año 1969.