Periodista de Tierra del Fuego.

Los tiempos cambian y con ellos, cambian las formas. La política no es ajena a esta necesidad de renovarse, buscando nuevas metodologías que vuelvan las gestiones más eficientes o solucionen problemas de larga data. En esta imperiosa necesidad de reinventarse, muchas veces son necesarios cambios en las “reglas de juego” o leyes, entendiendo que la política tiene el objetivo de transformar la realidad y esta se encuentra en constante cambio. Llegamos así, a un nuevo proyecto para realizar modificaciones a la Carta Orgánica de la ciudad. ¿Qué se propone cambiar?.

Para empezar, es válido aclarar que las modificaciones que pudiese traer el proyecto como tales, no serán las finales ni mucho menos; de aprobarse la modificatoria, serán los convencionales constituyentes electos por los ciudadanos quiénes determinen si hay cambios y cuáles son.

No obstante, desde este medio tuvimos acceso a los lineamientos generales que impulsarán el proyecto. Si lo tuviésemos que resumir en una oración, diríamos que esta nueva Carta Orgánica está pensada desde una lógica post-pandemia, con un fuerte hincapié en dos temas que hoy atrapan mucho a la juventud: la igualdad de género y el desarrollo sostenible.

Quizá la mención del proyecto que más cambios tendrá de cara a la próxima gestión municipal, siempre en caso de aprobarse, será la búsqueda de una paridad de género en el Concejo Deliberante. Hoy por hoy, la paridad existente es reflejada en la composición de las listas de los partidos, pero dicho mecanismo no garantiza una distribución equitativa de las bancas. El proyecto entiende que remover el sistema de preferencia, rompería ese famoso “techo de cristal” y evitaría, que como en el período 2015-2019, no haya representación femenina entre los ediles.

De esa misma manera, buscarán a través del proyecto incluir en su redacción a mujeres, personas con discapacidad, niños y niñas, con el objetivo de reconocer sus derechos como ciudadanos en la carta magna municipal.

En el ámbito de las novedades también aparece la figura de la viceintendencia, que si bien puede sonar raro a primera impresión, es un sistema que municipios como Córdoba, Gualeguaychú, Puerto Madryn y La Matanza tienen en funcionamiento. El concepto general sería que ahora las listas que disputan la intendencia cuenten con un binomio; pensando en una persona que pueda asumir control de la Municipalidad en caso de estar de viaje la figura principal. Así también, asumiría la presidencia del Concejo Deliberante. Si lo pasamos a lenguaje cotidiano; sería asumir un sistema similar al de cualquier gobernación o el de nuestro estado nacional.

Ya adentrándonos en territorio legislativo, el proyecto propone rever plazos para los trámites de asuntos, modalidades de resolución ante casos de empate o falta de quórum. Otro dato no menor es la ampliación de la cantidad de bancas: desde la génesis del proyecto entienden que la ciudad ha crecido y es necesario contar con una cantidad de representantes acorde a ese número.

Hablando de nuevos ediles, figura las restricciones para candidatos: quienes figuren en el Registro Provincial de Deudores Morosos Alimentarios o que tengan una sentencia firme por violencia de género, según el proyecto, tendrían que estar vedados de acceder a un cargo electivo.

El presupuesto, la ley económica por excelencia de cualquier institución gubernamental, también podría ver cambios. El proyecto propone algo bastante lógico y entendible: debatir el presupuesto luego de sus pares nacionales y provinciales. Si analizamos la situación, es bastante difícil hacer un aproximado de los ingresos y egresos cuando no se sabe cuánto entrará por coparticipación o que obras cubrirán desde la Provincia y la Nación.

Saliendo del esquema político y legislativo municipal, aparece el tema del desarrollo territorial, pensando en un mayor acceso a tierras para controlar el déficit habitacional y las cuestiones medioambientales, junto con variables tributarias para simplificar el esquema y brindar mayores herramientas de autonomía municipal.

A primera vista, la modificación de la Carta Orgánica responde a solucionar un tema que ha estado en boga por la última década en la República Argentina: las temáticas de género y la igualdad. Ushuaia, que ostenta el título de ser una de las primeras municipalidades en crear una Secretaría de la Mujer, tiene esa espina clavada de no contar con cupo igualitario, pese a los amparos judiciales que se han presentado con el pasar de los años. Ahora, buscará resarcir esa deuda y, al mismo tiempo, modernizar sus procedimientos administrativos internos, pensando en un estado municipal que tenga mayor capacidad de respuesta y reacción ante la coyuntura; algo que la pandemia ha demostrado como necesario.

Con el ingreso del proyecto para la modificación de la Carta Orgánica se abre la posibilidad a un nuevo panorama electoral para la ciudad. Si el proyecto se aprobase, seguramente para mitad de 2022 estaríamos con comicios para la selección de los Convencionales Constituyentes. Ellos y ellas, se encargarán de debatir y acordar los cambios finales que la Carta Orgánica vería, aplicando los mismos, en el caso de la figura de la viceintendencia o la suma de nuevas bancas en el Concejo, para el período 2023.

El proyecto aún transita su infancia y será difícil saber cuáles serán a ciencia cierta cuántos y cuáles son los cambios que terminen acordándose, pero el espíritu del proyecto es claro: una Ushuaia más moderna e inclusiva.

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