Pasó el tiempo de las predicciones y llegó el de los análisis. La jornada electoral del domingo dejó mucha tela para cortar en cuanto a las comparaciones entre PASO y generales, no sólo para el gran ganador de la jornada; el Frente de Todos, sino para opositores que buscan en los números respuestas. ¿Cuál fue el germen de la remontada del Frente de Todos?.
Como todo escenario, las causas de la muy buena elección del FdT son variadas y con múltiples actores y actrices políticas involucrados. No cabe duda que, al menos en primer lugar, la militancia y el aparato de las intendencias pesó y mucho. 6,1% en Tolhuin, 6% en Río Grande y 5,8% en Ushuaia. Porcentualmente parece mucho, pero son 400 votos en Tolhuin, 3.000 votos en Río Grande y algo de 2.500 en Ushuaia. La postura de campaña del oficialismo de salir a buscar voto por voto comparando los resultados de mesas con elecciones previas rindió sus frutos y le permitió hacerse con la victoria.
Como están los votos recuperados en las recorridas, están los votos coyunturales. ¿A qué me refiero? En las PASO, una situación controlada con un impacto real relativamente bajo, hubo varios sectores que “optaron” por otros candidatos, no por sus propuestas, sino a modo de castigo hacia el Frente de Todos. Hoy, con el diario del lunes es fácil hablar de los resquemores por la falta de un candidato duro del peronismo como cabeza de lista como un aliciente que nunca iba a tener impacto, pero en el trayecto de PASO a generales no se lo tomó con tal liviandad. Desde la cúpula del Partido Justicialista hubo un tenue pero insistente cortejo hacia las bases más tradicionalistas para terminar con los cortocircuitos y reencender la llama de la tan famosa unidad peronista.
En este rejunte de circunstancias endógenas a la provincia, los grandes ganadores de la elección fueron los intendentes. Pérez, Harrington y, sobre todo Vuoto, tuvieron que ser la cara visible de la gestión que respaldaba a la lista Yutrovic-Fernández, con un gobernador en un plano muy secundario, fiel a su figura de bajo perfil. Mientras Melella visitaba Buenos Aires y al ganador de Bake-Off Argentina, Vuoto, Pérez y Harrington realizaban un verdadero Vía crucis junto a Yutrovic, estrechando cada mano y escuchando cada queja posible para recortar la diferencia. Se sentaron con los sectores políticos desplazados a lo largo de la gestión, reestablecieron las frías pero necesarias relaciones con el peronismo histórico, que sigue sin ser un gran fanático del proyecto pero entiende que es más imperioso ganar que tener la razón, y mostraron la obra pública, programas nacionales y políticas impulsadas desde Nación para reafirmar lo que se dio a entender toda la campaña: a Tierra del Fuego le va mejor si el peronismo concentra el poder.
Si hablamos de las circunstancias exógenas, hay un evento que probablemente influenció más los resultados que cualquier otro: la extensión por decreto del subrégimen industrial. Anunciado con bombos y platillos, la extensión reafirmó la buena conexión entre Nación y municipios, con la participación especial de los diputados y senadores oficialistas que se encolumnan bajo el intendente de la ciudad de Ushuaia Walter Vuoto. Si bien Melella participó del acto, también fue quién recibió la mayoría de los golpes por el decreto: las quejas de los textiles recayeron sobre él y su ministro de Producción y Ambiente, Sonia Castiglione, dio a entender que algunas cosas no “fueron consensuadas con la Provincia”. Esta tendencia se volvió a repetir la última semana de campaña; mientras Wado de Pedro andaba a los besos y abrazos con los intendentes dando charlas, desde la Provincia había silencio de radio. Quizá no es cortocircuito entre Provincia y Nación, sino un problema comunicacional desde San Martín 450: parecen desconectados de la realidad, gestión y la gente.
Si cruzamos de vereda partidaria, nos encontramos con el caso de Héctor “Tito” Stefani. Considerando el volumen de inversión en la campaña y que la oposición fueguina no está encausada bajo una figura, Stefani realizó una gran elección con “dos galletitas” según sus palabras. “Tito” dio un verdadero batacazo en las PASO, aprovechando el descontento popular y la crisis económica, pero esos votos nunca dependieron de su plataforma, eran sufragios direccionados en contra del Frente y, por lo tanto, apoyos que se podían recuperar con los anuncios adecuados. Queda a las claras que Juntos por el Cambio no es una fuerza política subestimar de cara a 2023, pero también que requerirá mayores alianzas de querer disputar algún cargo ejecutivo en dos años.
Aquí entra una figura que parecía perdida en éter político fueguino: Liliana “Chispita” Fadul. Somos Fueguinos, con sus nada despreciables 16 puntos es hoy una especie de “estado tapón” entre las dos potencias del Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Si bien “Chispita” no accederá a ningún cargo en diciembre, contar con 15.000 votos a nivel provincial le abre las puertas a una negociación más que interesante, si es que la quisiese tener, con Juntos por el Cambio, que encuentra allí el faltante de sufragios necesarios para vencer en un mano a mano al Frente de Todos. No resultará extraño que en el correr de 2022 veamos alguna que otra reunión entre la gente de “Chispita” y “Tito”, al menos explorando la posibilidad de buscar cargos electivos complementarios, a fin de sacarle el dominio de la provincia al peronismo. Algo similar podríamos ver con Republicanos Unidos bajo el mando de Samuel Muñoz Letizia, que rozó el 7% y claramente está más cerca de JxC ideológicamente que del oficialismo. Esta idea no es nada nueva: Macri y Bullrich ya iniciaron los acercamientos con La Libertad Avanza y Milei, buscando reconvertir liberales en cambiemitas en escenarios de segundas vueltas.
Falta mucho para 2023 y la política argentina es un escenario fluido, donde cada día las cosas pueden tomar un rumbo inesperado. No obstante, las principales figuras comienzan a emerger en este juego de sillas locas por los cargos electivos de la Provincia y las ciudades. Ahora, ya con un número real de cuanto “mide” cada candidato y candidata posible, acercamientos y distancias se irán dando para definir los armados políticos.