Tal vez “La hora sin sombra” de Osvaldo Soriano sea su obra mas introspectiva. Fue su último libro, publicado en 1995, pero en verdad y con el fin de hacer justicia no se puede omitir “Cuarteles de invierno” (su tercera novela), “No habrá más penas ni olvidos” (su segunda novela), “Una sombra ya pronto serás” y “A sus plantas rendido un león”.
“La hora sin sombra” fue dedicada especialmente a su padre y se expone con carácter autobiográfico.
La novela recorre la ruta con el narrador que inicia un viaje por la República Argentina a bordo del clásico Torino. Este camino trajina entre la búsqueda del padre del personaje principal (enfermo de cáncer) y la indignación introspectiva acerca de los sentimientos y el entorno que rodea su infancia.
El narrador extraviará el borrador de la novela que está escribiendo, pero también a su padre (quien desaparece de cada uno de los hospitales que tratan su enfermedad). A esto se le suma un terrible y constante zumbido en sus oídos por lo cual no solo no logra abstraerse sino que este detalle será el hilo conductor de varios pasajes de la novela, acompañaran su desorientación y la evasión que caracteriza al personaje principal.
El encuentro de su padre volverá también a traer gran parte de los recuerdos perdidos tras el velo de una aparente amnesia.
El principio y el fin del trayecto es lograr recuperar su historia familiar y los recuerdos de su infancia.
Esa construcción de imágenes borrosas no aparecerá sola y descolgada, la historia política de la Argentina y sus particularidades revisan los relatos oficiales y los símbolos populares.
Así la narración avanza en su viaje y crea condiciones para refundar lazos familiares que olvidó casual o intencionalmente.
De su madre tiene mínimos recuerdos:”Sé muy poco de ella, pero voy a descubrir lo que pasaba en su cabeza a medida que consigo reunir testimonios y atar cabos…”. Ella era Laura a quien recuerda como modelo y actriz. Esa misma que abandonó a su padre y a él para convivir con un jugador americano de básquet. Solo su voz es recuerdo pleno, las grabaciones de los radioteatros así lo prueban.
Pero su gran desvelo es reencontrarse con su padre, cuando lo logra también renacen los recuerdos en su memoria, la amnesia se aleja y exclama:” Esa noche advertí que mi padre nunca había estado tan cerca de mí como en los momentos en que creí haberlo perdido”.
El estilo Soriano expuso dentro de su literatura la vida de los personajes marginales, la crueldad de las infancias quebrantadas, el culto a la necrofilia, la vida de los desplazados, la lucha, la desidia y la mala racha. Pero por sobre todas las cosas caracterizó su apego a la vida a pesar de todos los fracasos.
Su última novela mostró el relato que mas disfrutaba, ese aroma policial combinado con los relatos de viajeros. Así muestra mucho mas que la República Argentina, exhibe la argentinidad. Una verdadera literatura donde la cultura de masas es la protagonista.
“Una novela es como una tormenta en el océano, pasa y no deja huella…” (“La hora sin sombra “ de Osvaldo Soriano).