El temor es una de las emociones más antiguas del ser humano, lo incierto sin duda lo acrecienta, lo potencia y lo desconocido lo acecha.
Los cuentos que reflejan lo sobrenatural acaparan un público sin duda aceptable y riguroso.
Lo fantasmal requiere de una frondosa imaginación a la hora de tratar de evadirse de lo frecuente y diario. Se cree que el cuento de horror nació llevado de la mano de los espectros del antiguo Egipto (“Libro de Enoc”). Aunque es verdad que una vasta cantidad de relatos han desaparecido a causa de la falta de elementos escritos.
En la época medieval, las tinieblas se abren ante la presencia de lobos, brujas, duendes, vampiros y una amplia variedad de seres sobrenaturales.
En “El pozo y el péndulo” de Edgar Allan Poe pone a jugar a un personaje principal (un hombre), a los soldados que lo intentarían matar, a los demonios (fruto de sus tormentos interiores) y al General Lasalle (su salvador).
Este cuento publicado en 1842, coloca al lector frente a imágenes que le producirán un profundo horror. El miedo a la tortura debido a la intolerancia religiosa (dado que transcurre durante el período conocido como de la Inquisición española) hace que el relato se transforme en una constante amenaza de violencia psíquica y física. Así los personajes reparan en la intolerancia, la injusticia, el uso (y abuso) del poder y la desesperación.
“La feria de las tinieblas” de Ray Bradbury muestra a dos chicos que sueñan con tener veinte años (edad mágica según ellos). Así la calesita de una feria ubicada en un pueblo pequeño adapta su ritmo al acto de envejecer o rejuvenecer según quién se sube a ella.
Devuelve la juventud a los adultos y otorga la madurez a los niños.
Pero no todo era aumentar o disminuir años, sino que se ponía el acento en la calidad y la condición del cómo se realiza dicha transformación (alegre o triste, risueño o melancólico, egoísta y gruñón o solidario con sus semejantes).
Ray Bradbury no solo escribía ciencia ficción, el terror moderno también respaldó su literatura única. Un auténtico Bradbury.
El horror se valió de la presencia de las sagas escandinavas que trajeron deformidades unidas a la brujería. Abrieron ventanas a los siglos XVII y XVIII donde las leyendas se unieron a la literatura llamada “culta” y aceptada masivamente por el público; nació allí un título emblemático “La aparición de Mrs. Veal” de Daniel Defoe, donde el fantasma de una dama visita a su amigo y le susurra sus reflexiones sobre el dogma adquirido y el impuesto.
Defoe fue un adelantado a su tiempo buscando analizar las creencias desde un lugar más cercano al sentido común y no tan ligado al fundamentalismo religioso de la época.
El ser humano ante lo desconocido, porque lo comprensible ya lo percibía. Solo le faltaba tejer sensaciones ante lo poderosamente irreal.
El temor a la derrota de las leyes incuestionables.