Si definimos ocultismo, según la Real Academia Española, dice que es el: “conjunto de conocimientos y prácticas mágicas y misteriosas, con las que se pretende penetrar y dominar los secretos de la naturaleza”.
A partir de los siglos XIX y XX su campo trató de dar respuesta a las preguntas de la humanidad. Pero como práctica en si misma existe acompañando la vida, el desarrollo y la evolución de la humanidad.
Desde siempre la magia y la alquimia contribuyeron a redefinir el por qué de este paso terrenal. Así desde los mas poderosos reyes hasta los menesterosos, gozaban del cumplimiento de los ritos ancestrales.
Cuando el cristianismo se constituyó como religión oficial del Imperio Romano y posteriormente de los reinos europeos mas poderosos y con peso político de la época; las prácticas ocultistas fueron relegadas a un lugar oscuro donde solo los paganos las realizaban en absoluto secreto. Ello no reflejaba la realidad.
La historia cuenta que el famoso autor de “La Divina Comedia”, Dante Alighieri era un asiduo estudioso y practicante del ocultismo. Así el propio romanticismo como edad literaria y el ocultismo como fenómeno religioso aparecen estrechamente ligados.
Mucho mas cercano a nuestros tiempos aparece Fernando Pessoa (escritor portugués con innumerables máscaras o mejor dicho, heterónimos, el cual nació en Lisboa en 1888 y falleció en 1935) como un aplicado investigador de las ciencias ocultas (su favorita sin duda fue dentro del campo de la astrología).
En nuestras tierras Leopoldo Lugones escribió los cuentos de “Las fuerzas extrañas”. Este libro de relatos, publicado en 1906, añade un condimento más a la corriente fantástica traída de la mano del romanticismo. Esta antología distintiva y singular está compuesta por cuentos tales como “La fuerza omega” y “La metamúsica” donde Lugones remite al poder de la física y el sonido.
Quizás los más interesantes cuentos sean “Yzur” y “Un fenómeno inexplicable” donde el aspecto del mono como representación y como personaje dividen su protagonismo. Siempre es atractiva la combinación del mono y la ciencia dentro del campo de las conjeturas.
Sin duda Leopoldo Lugones alzó vuelo más allá de la literatura e indagó otras áreas como la filosofía, la historia, las ciencias naturales, la física y las matemáticas.
Roberto Arlt creó un texto titulado “Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires”. Este ensayo publicado en su juventud cuenta el recorrido realizado por el autor durante la exploración de los caminos de los diferentes centros teosóficos de la ciudad. Investigó con fervor los lugares y las personas próximas a una tendencia que inundó los círculos sociales y culturales donde predominaban las filosofías y religiones orientales como el budismo, el iluminismo, el hinduismo, etc.
Arlt reflejó su decepción e incredulidad en relación al tema al final de su itinerario.
Tal vez fue uno de los textos más novedosos dentro de su época, el cual recabó lo fantástico, lo real y lo grotesco.
Alguien único haciendo literatura insólita.
“Amaia sentía en aquel bosque presencias tan palpables que resultaba fácil aceptar una cultura druida, un poder del árbol por encima del hombre, y evocar el tiempo en que en aquellos lugares y en todo el valle la comunión entre seres mágicos y humanos fue religión.” Frase del Guardián Invisible (Premio Planeta) de Dolores Redondo (Nació en San Sebastián, España en 1969).