“Amanecía, y el nuevo sol pintaba de oro las ondas de un mar tranquilo. Chapoteaba un pesquero a un kilometro de la costa cuando, de pronto, rasgó el aire la voz llamando a la Bandada de la Comida y una multitud de mil gaviotas se aglomeró para regatear y luchar por cada pizca de comida. Comenzaba otro día de ajetreos. Pero alejado y solitario, más allá de barcas y playas, está practicando Juan Salvador Gaviota” (Inicio de “Juan Salvador Gaviota”).
Juan es una gaviota y como toda gaviota ama volar. Ese ejercicio ocupa todo su tiempo y energía. No piensa solo en comer y dormir como las otras gaviotas. Juan Salvador quiere ser diferente, sueña con ser rápido en su vuelo y llegar lo más alto posible. Su práctica también implica un sacrificio: alejarse de la bandada para perfeccionar su estilo. Así se aparta de sus costumbres y hábitos. Su expulsión del grupo hace que llegue a los acantilados, en el cielo profundo conoce a Chiang, la gaviota sabia, quien lo apoya para que deje atrás todo lo ocurrido y pueda ser el mejor, el más osado. Al regresar a la tierra se encuentra con su nuevo amigo Pedro Gaviota (su genial aprendiz) cuando este adquiere todos los conocimientos necesarios, Juan Salvador Gaviota regresará al cielo.
Por supuesto que esta fábula con formato de novela, publicada en 1970 y escrita por el autor estadounidense Richard Bach busca algo más que entretener.
Habla del amor por la libertad, la búsqueda de la independencia, las metas y propósitos diferentes a los del resto del grupo. Un inconformismo puro y constante.
Juan Salvador Gaviota pertenece a la bandada pero no es igual al resto, posee una mirada singular del mundo.
Su amigo y maestro Chiang, la Gaviota Mayor, dispone de sabiduría y paciencia a la hora de completar los aprendizajes de las gaviotas jóvenes. Rafael fue su primer instructor luego de ser expulsado.
Más tarde Juan Salvador Gaviota mudará sus conocimientos hacia Pedro Pablo Gaviota, alumno terco y arriesgado que vive al límite de sus posibilidades. Atrás habrá quedado el temperamento de la bandada donde cada uno ocupa un lugar dentro del sistema y las normas impuestas hacen que solo busque lo necesario. Demasiada uniformidad para nuestro personaje principal.
Como su autor, Richard Bach, poseía desde los diecisiete años el hobby por volar (afirmaba que “su religión era volar “y admiraba a Saint- Exupéry y Ray Bradbury) utiliza la metáfora de las gaviotas y sus diversos roles para comparar la realidad que reúne a los seres humanos.
Juan Salvador Gaviota escuchaba a los demás, sin embargo su determinación lo hace perseguir su corazonada, ello lo conduce a enriquecerse con aciertos y errores. A decir sin miedo, a estar a gusto con él mismo y el sitio donde quiere llegar. Su mayor problema tal vez sea la incomprensión, no conformarse con la realidad que le toca vivir, soñar en grande, seguir el instinto, revelar la esencia de uno mismo y cambiar las estructuras.
Todo un relato cimentado en la firme evolución y en una vida dinámica que permita superar los retos.
“Juan Salvador Gaviota descubrió que el aburrimiento, miedo y odio son las razones por las que la vida de una gaviota es tan corta, y cuando se fueron de su pensamiento, vivió una larga vida”. (Juan Salvador Gaviota de Richard Bach).
excelente bien
[…] el paso de los años, las gaviotas adquieren sabiduría. Han sobrevivido a tormentas y temporales, enfrentado a depredadores y experimentado la […]