Alfonsina Storni quizás es la voz más célebre de la poesía argentina. Ella se nombra junto a Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou como la tríada portentosa de la literatura hispanoamericana.
Esta poetisa fue una de las primeras en conquistar los espacios de los ambientes literarios. Si bien es cierto que es conocida por sus poemas también escribió piezas escénicas y dramas.
Sus ansias de liberación sobre las consignas sociales impuestas por la época quedaban plasmadas en su poesía como un bramido que buscaba desatarse de las limitaciones arbitrarias.
Pensemos que ella nació el 29 de mayo de 1892, fue en Suiza, pero a muy corta edad se trasladó con sus padres a Argentina.
Fue maestra rural en Coronda (Santa Fe) y en 1911 se trasladó a Buenos Aires. En 1912 nació su hijo, al que crió sola y en 1916 inicia su carrera literaria con “La inquietud del rosal”.
En 1920 “Languidez” recibe el primer Premio Municipal de Poesía y el segundo Premio Nacional de Literatura.
Su estilo literario nació como modernista pero en 1925 su poesía comienza a reflejar un contenido realista.
Su obra se inunda de dramatismo, su temática amorosa de lucha y audacia. Exterioriza los problemas de la sociedad frente a la mujer singular. Rompe con los modelos de las pautas ideológicas de su tiempo y el concepto de lo que se consideraba feminidad.
Así expresó las situaciones desventajosas en las que se encontraban las mujeres, no sin variedad de críticas de diversos sectores conservadores de la comunidad de su época.
También integró a su poesía los temas relacionados a la naturaleza y los paisajes a pesar que sus vivencias a diario eran de un estilo puramente urbano.
Era habitual que la propia naturaleza diera marco para la descripción de sus estados de ánimo y así enfatiza en el mar, su motivo conectado con la muerte.
“En el fondo del mar/hay una casa/de cristal. (…)
Duermo en una cama/un poco más azul/que el mar. (…)
Y sobre mi cabeza/arden, en el crepúsculo/las erizadas puntas del mar”.
El 18 de octubre de 1938 viajó a Mar del Plata sin la compañía de su hijo Alejandro (ya de 26 años).
Se alojó en un hotel perteneciente a su amiga Luisa Orioli. Escribió el poema “Voy a dormir”, el cual despachó por correo al diario La Nación. Respondió dos cartas a su hijo en las cuales se refería a su desesperante estado de salud. Luego salió del hotel y saltó al mar desde un espigón cercano. Su cuerpo fue rescatado al día siguiente y su último poema publicado ese mismo día.
Alfonsina Storni descansa en el Rincón de los Notables del Cementerio de la Chacarita.
Su poesía evolucionó con el correr del tiempo, su gran tema, sin duda, fue ella misma. Escribía para expresar los sentimientos más íntimos, su visión de la vida y su percepción sobre el amor. La mujer y su complejo mundo social hicieron que su prosa gritara pidiendo sobre la obtención de derechos.
Expresar ideas innovadoras y problemas sobre el mundo alzaron el tono de sus reclamos. No muchas mujeres tuvieron la oportunidad de ejercer la literatura con esta influencia pública y artística.
“Agrio está el mundo/inmaduro/detenido;/sus bosques/florecen puntas de acero;/suben las viejas tumbas/a la superficie;/el agua de los mares/acuna/casas de espanto/”. (Agrio está el mundo, Alfonsina Storni).