El nacimiento de Ramona Victoria Epifanía Rufina Ocampo nos lleva a la ciudad de Buenos Aires exactamente un 7 de abril del año 1890.
La buena posición de la familia de Victoria Ocampo hizo que su formación fuera dada por institutrices. Según parece su vocación por dedicarse a la actuación no contaba con la bendición de su entorno por lo cual fue dejada de lado. En aquellos años la profesión de actriz se asociaba a un estilo de vida reñida con las costumbres tradicionales de su clase social.
En 1931 fundó la revista “Sur”, publicación que gozaría de un encumbrado prestigio de la mano de trabajos de autores tales como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Ernesto Sabato, Octavio Paz y Gabriela Mistral entre otros.
Victoria Ocampo mantuvo estrechas relaciones con los movimientos feministas que nacieron durante el período del siglo XX. Sus pensamientos se acercaban a lo que denominó el “proceso de emancipación social de la mujer”, denunciando desde la revista “Sur” las diferencias entre los derechos de los hombres y las mujeres en la sociedad.
Así acentuaba la necesidad de expresión de las mujeres y pormenorizaba un escenario con imágenes entre ambos sexos que no le era ajena a su dinámica familiar.
“Creo que, desde hace siglos, toda conversación entre el hombre y la mujer, (…) empieza por un no me interrumpas de parte del hombre.
Hasta ahora el monólogo parece haber sido la manera predilecta de expresión adoptada por él (La conversación entre hombres no es sino una forma dialogada de este monólogo). Se diría que el hombre no siente o siente muy débilmente la necesidad de intercambio que es la conversación con ese otro semejante y sin embargo distinto a él: la mujer” (Victoria Ocampo).
La lucha era incansable a favor de la igualdad y al derecho de expresión. Sin duda estos conceptos venían atados a su nexo con Virginia Woolf a quien conoció en 1934.
Victoria Ocampo publicó en el primer volumen de “Testimonios” una carta dirigida a Virginia Woolf donde enfatiza la importancia de la escritora inglesa alentando a las mujeres a escribir y a hacerlo como mujeres (conjugando pensamientos y sentimientos propios de su género).
Por ese mismo año en Madrid conoce a Gabriela Mistral, quien percibía que la educación era el verdadero medio de independencia de las mujeres. Pero ambas tenían conciencia una de otra mucho antes de ese encuentro personal. Aunque detentaban vidas distintas, una sin ningún tipo de restricción material y educativa y la otra sabedora de las necesidades que trae consigo la humildad y las privaciones de la vida.
No obstante la lealtad a la libertad, la transgresión y la obstinación las mantendrían estrechamente ligadas.
Victoria Ocampo fue una lectora insaciable y crítica. Amaba escribir sobre aquellos hechos, imágenes y personajes que le atraían aún con sus defectos.
A lo largo de su extensa carrera literaria publicó novelas, ensayos y relatos además de bellos poemas y cuentos. Entre los mas destacados se encuentran “La laguna de los nenúfares”, “Tagore en las barrancas de San Isidro”, “Diálogo con Borges” y “Fragmentos de un regalo”.
Hoy una de sus casas “Villa Ocampo”, que se encuentra en Beccar, es sede cultural de la UNESCO y declarado Monumento Histórico Nacional. Por allí pasaron personajes de la talla de Aldous Huxley, Antoine de Saint-Exupéry, Rabindranath Tagore y Albert Camus entre los foráneos.
Falleció el 27 de enero de 1979 en Buenos Aires.
No solo fue la primera mujer en obtener una licencia de conducir en la República Argentina, fue también la primera mujer en ser elegida miembro de la Academia Argentina de Letras.
Perteneció a una raza de escritoras de firmes convicciones sobre el rol de las mujeres en la sociedad. Luchó denodadamente en contra de los prejuicios de clase y género. Su mejor ofrenda es haber trascendido generaciones y fronteras de la historia cultural de nuestro país.
Como reflexión final de su pensamiento Victoria Ocampo escribió: “Los hombres han hablado enormemente de la mujer, pero desde luego y fatalmente a través de si mismos. A través de la gratitud o la decepción.
Se los puede elogiar por muchas cosas, pero nunca por una profunda imparcialidad acerca del tema”.