Periodista de Tierra del Fuego.

Con cada nuevo comicio surgen algunas interrogantes en base al funcionamiento. Aunque parecen relativamente nuevas (fueron reglamentadas en 2011), las listas de adhesión o “colectoras” vienen de larga data.

Mucho se habla si esta bien o no el armado de listas colectoras para las próximas elecciones provinciales, están los que piensan que de esa manera se divide el voto y los que creen que al presentar varias alternativas en las legislativas (provinciales y municipales) lo importante es coincidir en los candidatos a los ejecutivos para darle mayor caudal de votos.

Como ya se vio en Tierra del Fuego hay varias posturas al respecto, inclusive en los mismos sectores, es decir dentro del frente que llevó a gobierno a la actual gobernadora están los que creen que lo mejor es elegir la mejor lista a legisladores dentro de los que participan en dicho frente y los que por el contrario creen que para que no haya “heridos” lo mejor es dejar que los que quieran acompañar puedan armar sus propias listas mientras lleven a la primera mandataria como candidata a la gobernación.

Pero claro que esto no es propio del partido gobernante, en la oposición están discutiendo lo mismo, Cambiemos por ejemplo tiene tres partidos que pretenden tener las mismas condiciones (UCR, PRO y CC) y si no se ponen de acuerdo seguramente irán con listas separadas.

Mientras que en el Movimiento Popular Fueguino aún se discute si van a apoyar la decisión del bloque de la legislatura de acompañar a Melella con la candidatura a la vice gobernación de la actual legisladora Monica Urquiza o si los que no estan de acuerdo con esa postura logran que la Convención del partido decida pasar por una interna y que lo decidan los afiliados.

Listas colectoras

La definición más precisa es que son listas donde se propone a un candidato para el ejecutivo, pero se modifican los que apuntan hacia los cargos legislativos. En esta acta de conformación de las alianzas aparecen acuerdos de adhesiones de boletas de diferentes categorías para las elecciones generales, con agrupaciones políticas que no integran una alianza previa. Vamos con un ejemplo: El candidato A que se postula para gobernador, tiene su lista “oficial” donde propone legisladores. La colectora o lista de adhesión respeta la figura central (el gobernador/a) pero presenta otra lista distinta para los cargos legislativos.

En pos de apuntar hacia un proyecto conjunto distintas agrupaciones políticas apoyan a un candidato u otro, evitando así la fragmentación y atomización del voto en los cargos ejecutivos. En la política moderna los partidos tradicionales se han visto reemplazados por otros con objetivos más específicos y menos dogmáticos. Estos nuevos partidos, en oposición a crear listas unificadas, deciden tomar como referente a un candidato que los represente. No obstante, se someten al voto popular con sus propios proyectos e ideas, buscando un lugar en la legislatura o el concejo deliberante.

La lista de adhesión es el fiel reflejo de la sociedad: los partidos hegemónicos no han cumplido con las expectativas. Las nuevas propuestas corren con la chance de representar a sus bases y eligen acercarse a los candidatos con los que tienen más afinidad. Un gobernante (sea gobernador/a o intendente) plantea una idea de gestión: hacer determinados tipos de obras, utilizar un modelo económico, potenciar un sector o actividad productiva. Usualmente nos encontramos con candidatos antagónicos; dos caras o modelos del rumbo que debe tomar un país, una provincia o una ciudad. El ámbito de debate, de discusión y, en líneas generales, de presencia más heterogénea siempre es el legislativo. Con las listas de adhesión propuestas políticas que abogan como punto principal por políticas medioambientales, de igualdad de género o derechos del niño encuentran una plataforma para ser escuchados. Nos abre la puerta a un parlamento, un espacio real de debate donde el ciudadano se siente representado de forma más exacta. 

Las colectoras, como cualquier herramienta democrática, tienen sus detractores. Los que prefieren internas, listas confeccionadas incluyendo todos los espacios o simplemente una lista única diagramas por los que cuentan con más apoyo. En mi opinión, mientras más voces y más diversidad haya en el cuarto oscuro, mejor será la respuesta de la gente; cada uno puede elegir el espacio con el que se siente mejor representado. Las listas de adhesión son el remedio que se encontró contra una apatía política a falta de resultados: en vez de limitar las opciones da la chance de optar, principio fundamental del sistema democrático.

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