La hora de la verdad, podríamos poner como título pero quien se atreve a esta hora adelantar un resultado de la votación que comenzará a las diez y media de la mañana pero seguro se extenderá por varias horas.
Cuando empezó esta historia muchos nos alegramos que se discutiera seriamente este tema en todos los ámbitos posibles, y la verdad el debate se abrió tanto, que no solo se habló de ello en el congreso sino que en todas las provincias. Así como en los medios y redes sociales. Es tan cierto como que las marchas de un lado y del otro competían para ver quien convocaba más gente a la hora de salir a la calle.
Se dió en la calle y en todo el país la misma situación que se va a vivir hoy en el senado, paridad e incertidumbre sobre lo que va a pasar. Cuando terminó la votación en diputados y luego de ver la cantidad de gente que se dió cita en las calles aledañas muchos senadores se atrevieron a plantear que era un pedido popular esta ley y que pasaría si problemas por la cámara alta. Luego de la presión de los distintos cultos, sobre todo la iglesia católica, se generaron cambios en algunos senadores y aún a esta hora no está claro como saldrá la votación.
El dato significativo hoy es la ventaja de seis votos que tiene el rechazo a la legalización (37 a 31) y que esto se da entre los senadores mayores de 50 años y entre los hombres. Lo que queda claro es que de resultar rechazado, el debate se instalará como eje de campaña en las próximas elecciones.
De los 52 senadores de 50 años o más, 28 se oponen a la reforma, mientras que solo 22 la apoyan y dos se mantienen indefinidos. Entre los 20 senadores menores de 50 años, el conteo está empatado en 9, con una ausencia y una abstención.
Algo similar sucede con el análisis por género. El rechazo a la legalización se impone con claridad entre los hombres, 23 a 17, con dos indefinidos. El conteo entre las senadoras arroja un empate en 14, con una abstención y una ausencia.
Lo que si es seguro, que las calles van a estar pintadas de verde y celeste bien divididas, lo ideal sería que se de con la mayor calma posible y sin incidentes, pero estamos en Argentina y eso es casi imposible de asegurar.
Hace un tiempo cuando escribí la primera nota sobre este tema cerré con una pregunta que hoy tiene la misma vigencia.
¿sabremos respetar el resultado?
