Locutor Nacional. Periodista. Amante de todo lo que la sociedad considera raro

 

Todos los años llegan a las pantallas de los hogares argentinos distintas propuestas que dan que hablar, sobre todo cuando se trata de ficción. Pasó en su momento con «Los Simuladores», «Okupas» o más cercano en el tiempo con «Un gallo para Esculapio». 

¿Cuál es la diferencia de aquellos unitarios/series con la actual propuesta de la TV Pública? La respuesta viene integrada al nombre del canal de televisión. Donde radica la importancia que tiene la historia que utiliza como escenario el ficticio presidio de «San Onofre», es que nace del plan de fomento estatal realizado allá por el lejano 2015. 

Desde el Estado se destinaban fondos para la creación de diversos contenidos audiovisuales. Algunos tuvieron su lugar en la parrilla de los distintos canales de aire durante ese mismo año, otros en 2016. Otras propuestas encontraron su espacio en los canales de TDA y las restantes, que fueron aceptadas, terminaron relegadas a un incierto abismo de espera. Espera que por ejemplo para «Encerrados» finalizó hace un mes, por la adquisición de los derechos por parte del servicio de streaming más conocido. Un sitio donde también se pueden descubrir aquellas producciones es www.cont.ar, plataforma digital creada por el actual Gobierno de la Nación. 

Volvemos a la historia que dio motivo a este texto. «El Marginal» no sólo cultiva el fanatismo de muchas personas que esperaron ansiosos que llegue el 17 de Julio desde aquel primero de febrero de 2017 cuando Nicolás Furtado, Diosito en la serie, confirmaba la precuela. El regreso de esta historia en una señal que no acostumbra, salvo eventos especiales como lo fue el mundial de Rusia, a tener buenas mediciones de rating es la muestra palpable de lo que se puede generar cuando existe apoyo desde Nación. La repercusión, el alcance del primer capítulo tanto según IBOPE, como en las redes sociales, es el triunfo de una política de aporte a la cultura, donde también en resultados demuestra que este sector no significa un gasto, si no una inversión. 

Hoy es cierto que el dinero con el que se financia el proyecto llega mayoritariamente desde el ámbito privado, pero sin aquel incentivo «El Marginal» no sería una realidad. Así mismo, actores y directores seguirían siendo conocidos solamente por quienes son asiduos al cine nacional que se hace a pulmón o por quienes todavía, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pueden ir al teatro.

Que los hermanos Borges tomen el poder de la cárcel destronando al «Sapo» (Roly Serrano) y la Sub-21 domine definitivamente el patio, será parte del corolario del triunfo de una idea ajena al poder oficial, donde parece que lo privado es el héroe salvador de la sociedad de los delirios de la malvada cosa pública que sólo genera gasto y deudas. El éxito el rating y en el boca a boca de la serie hoy bandera del viejo canal 7, será la llama que le pueda volver a dar vida a la inversión estatal en lo cultural y el pie a re-descubrir que se puede pensar no sólo en verde. 

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