Cuando tenemos ganas de esparcirnos, relajar la cabeza, comprometernos con un mundo nuevo imaginado a miles de años luz de distancia o ver algo que le puede ocurrir a un otro, podemos elegir un libro, ir al cine o meternos con alguna serie que nos ofrece Netflix.
Las opciones mencionadas en el anterior párrafo serían las más comunes. Pero hay otro camino. Podríamos «bucear» un poco por las redes sociales, quizá por Google y encontrarnos con el fantástico mundo de Dis… no, no. Encontrarnos con Web-Series. Es decir, series realizadas para internet con un formato más reducido en cantidad de tiempo en el que la historia avanza a un ritmo vertiginoso, con la ventaja de que cada cinco, seis, siete u ocho minutos podés hacer una pausa hasta que se te ocurra volver a sumergirte en ese universo sin riesgo de perder el hilo.
Esta fue mi elección para el fin de semana, donde tuve el placer de encontrarme con «LIMBO» gracias a la plataforma de contenidos digitales de RTVE, denominada PLAYZ. Una historia en la que una aparente mala conexión a internet te pone los nervios de punta en esa relación a distancia entre una española y un argentino. Relación que luego veremos se entabla por la compra de la casa que ahora ocupa la chica que antes pertenecía a él y a su familia. Momentos que recuerdan a «Casa tomada» de Julio Cortazar y la necesidad de saber ¡YA! qué es lo que está sucediendo.
Fue tal el placer de disfrutar algo así que me puse en contacto con Fabián Forte, director de LIMBO, para hablar sobre la serie que tuve sus inicios gracias a un concurso realizado el año pasado por el INCAA y con el tiempo recibió el apoyo necesario desde España para poder llevarla a cabo. Aunque al mencionar al instituto cinematográfico argentino, hicimos una pausa obligada para tener más claridad sobre lo que es poder producir contenido hoy en el país.
«En 2017 nos dieron el dinero para hacerla, porque ganamos el concurso para series web junto con otros proyectos. El guion constaba de dos personajes españoles y lo que hicieron el Mario Levit (Productor) y Nicolás Britos (Guionista) fue comenzar la búsqueda de una productora española. Ahí fue cuando encontramos, después de varios meses de trabajo a «Aquí y Allí Films» y a través de ellos conseguimos la co-producción con la RTVE».
(Durante la comunicación telefónica había entendido que me decía 2007 como año de inicio del proyecto).
«No, en el 2017. El INCAA está atrasado, pero no tanto. En el 2007 las cosas funcionaban bien. Hay películas que están aprobadas desde el año 2015. Yo tengo una que tal vez la haga este año, que se aprobó a fines del 2015.
Está todo detenido. Por eso, estamos todas las agrupaciones que tienen que ver con la industria del cine, haciendo reuniones y tratando de tener diálogo con el instituto, ya que este está súper retrasado ya sea con los pagos, con el nombramiento de los comités…»
La película en cuestión es Rugby, adaptación de la novela de Manuel Soriano.
¿Qué pasa con las películas que tuvieron su aprobación? ¿Están rehenes de lo que sucede en el INCAA?
«Si vos tenés una co-producción, gente que quiere invertir en el proyecto, obviamente tenés la libertad. El tema es que eso no suele suceder, sobre todo en este país donde el dinero no vale nada, donde todo el tiempo pierde valor. Entonces, los inversores no quieren invertir. Ese es el tema.
A parte, para tener una co-producción tenés que contar con un cierto nombre. En mi caso, con «Limbo», tuve suerte. Al proyecto lo considero muy bueno. Tanto los productores españoles, como la Televisión Española, han visto en el proyecto algo de un interés muy especial, sobre todo porque habla de temas que hoy están bastante de moda como lo es la tecnología. Es una serie que está atravesada por la tecnología.
Pero otros proyectos están más encriptados y es muy difícil conseguir inversores para apoyarlo, entonces lo hacés con dinero del instituto, que en realidad es el 90% del destino de las películas nacionales. Después el dinero pierde valor, porque la film se hace 2 años más tarde de cuando fue aprobada y el presupuesto no alcanza para nada. Tenés que empezar a recortar el guión, personajes y así pierde la película. Ya que la base que tenía, que podía llegar a ser sólida, por cuestiones monetarias termina siendo una readaptación del guión que empieza a perder sentido y profundidad».
¿Se actualizan los presupuestos?
«Vos podés pedir una actualización, pero el tema es que los valores sindicales, lo que puede llegar a salir un actor, el equipo técnico, hace que las películas hoy se tengan que hacer en muy poco tiempo. Por ejemplo, ahora hay toda una camada de películas que se tienen que realizar en 3 semanas de rodaje. Eso es muy ridículo y así estamos. El tema es que los guiones no están pensados para que vos lo hagas en ese tiempo. Si vos tenés un guión escrito que te gusta, tenés una historia que te interesa contar y está pensado desde un diseño de producción en el que vos decís: «Bueno, esto en 15 días lo puedo hacer, lo puedo resolver y acá tengo una película coherente que se puede contar con el dinero que tengo». Pero eso no sucede. Por lo general son guiones pensados para que estén buenos, para que cierren, no están pensados desde la cuestión económica. Es ahí cuando te encontrás con películas que mínimo tenés que tener 5 semanas de rodaje y tenés 3. Y pierde todo, porque pierde la calidad técnica.
Hacer cine es un arte complejo que requiere de muchísima gente, decisiones que se toman en todas las circunstancias. No solamente que el final sea acorde a la historia o las actuaciones estén bien. Hay decisiones que toma el director que son detalles, que se hablan con todo el equipo. Pero en definitiva el director es el que decide hasta el color que tiene los cordones de los zapatos del protagonista».
En años anteriores, las web-series parecían perder fuerzas. ¿Por qué apostar por ese tipo de proyecto y no ir por lo convencional?
«Web-serie porque el INCAA te marcaba que estabas en un concurso para eso. Segundo el presupuesto. Tercero, porque cuando empezamos a buscar productores, inversores, en España se interesaron mucho, porque esta modalidad está muy de moda. El público joven, los milenials… los pibes que están con 14 pestañas abiertas, están acostumbrados a ver ficciones que duran 8/10 minutos. Sin ir más lejos, la UNTREF está produciendo muchas series web porque realmente es un nicho donde la juventud está muy interesada en ver ficciones cortas.
En este caso, para «Limbo», Nicolás Britos escribió un proyecto acorde al dinero que te daba el concurso. Una serie con 8 capítulos, de 8 minutos aproximadamente, con 3 personajes dentro de una casa. Entonces, era un proyecto acotado que tenía mucho trabajo de post-producción, porque es una serie que remite a las pantallas de computadoras o celulares. Los personajes están todo el tiempo mirando a cámara.Y como está contada en primera persona, el espectador ve lo que sucede en la pantalla de los personajes, por lo cual quien la mira empieza a conocer a los personajes a través de lo que hacen en sus pantallas, desde las páginas que visitan, los programas que están utilizando para su trabajo. Todo eso fue recreado en post-producción y tomó muchísimo tiempo. Obviamente el presupuesto tenía que contemplar que esta etapa iba a ser mucho mayor de lo que fue el rodaje que lo hicimos en 8 días.
Creo que hoy es uno de los formatos más accesibles que tenemos para contar historias. No está bueno negar eso. Nosotros somos narradores, por lo cual me parece que cualquier formato está bueno para contar una historia».
¿Las repercusiones que se sucedieron en las redes sociales, fueron las que esperabas o te sorprendieron?
«Estuve viendo en Twitter comentarios de gente que la ha visto. Hasta ahora me divierte. Veo que funciona, que es gente muy manija, con ganas de ver los otros capítulos, de ver el final, otros que adivinan o piensan que el final es como ellos creen. Es divertido ver los comentarios de las personas. Creo que eso es algo piola de las series web. A parte, cada uno la ve en el tiempo que quiere, está ahí. Se estrenó hace 21 días, pero uno capaz que la ve en 2 meses y va a estar ahí, en PLAYZ que es la página donde la podés ver, o en YouTube. Eso está buenísimo, se va creando una especie de boca a boca, que a veces el cine acá no lo tiene. En el Cine Nacional se estrena en las pantallas comerciales y dura una semana, porque en general, no cuenta con un aparato de publicidad fuerte, entonces el espectador no se entera que existe tu película y pasa sin pena ni gloria. Y no es la cuestión romántica de si es buena o mala, es que no se enteran que está. Y el que se entera tiene muchas opciones».
¿Te imaginás una segunda temporada?
«Sí. Es más, hemos hablado de una segunda temporada. Incluso de la película. Pero si es una segunda parte, no van a ser los mismos personas. Creemos que van a ser otros personajes, pero con la tecnología atravesando el conflicto principal de la historia».
Limbo es una de las muchas opciones que existen dentro del mundo Web-Serie. Les aseguro que merece la pena ser vista y va a ser otra puerta hacia las opciones del ocio.