Es verdad que la tristeza por la salida del mundial nos dejo pasmados a más de uno. Nada más triste para los que amamos el fútbol que venir antes del último partido del mundial, esto de esperar cuatro años para ver si se nos dá o si estos jugadores son realmente los mejores del mundo claramente no es lo mejor que nos pasó en junio.
Ahora, levantarse el primer día de mes siguiente, un domingo, después de dormir mal pensando que podríamos haber llegado a algún lugar que nosotros creemos que nos merecíamos, y encontrarnos con un nuevo aumento de los combustibles – decían el 3% pero al final fue del 5% – claramente no es empezar bien el mes de julio.
El dólar imparable, el viernes cerró casi a $30 y solo dios sabe como va a abrir hoy, las cosas no paran de aumentar, la inflación ya ni la miramos para no sufrir. Nadie se acuerda del riesgo país y el gobierno dice que esta todo bien, que con el prestamos de FMI las cosas van a cambiar, y vamos a despegar.
Bueno el mundial sigue pero nosotros ya no estamos tan atentos a los resultados o ver quien pasa a cuartos para saber quien nos toca. Así que sería bueno que el gobierno nacional entienda que ya no vamos a estar tan distraídos y nosotros podamos darnos cuenta que no todo pasa por el fútbol. Aunque haya más de 40 mil argentinos en Rusia hay otros cuantos millones que estamos esperando el famoso despegue que nos vienen prometiendo.
Algunos economistas y empresarios dicen que el dólar tiene que estar en esos valores para poder competir, otros definen la devaluación como lo peor en los últimos años. A quien creerles será la cuestión.
Las petroleras aseguran que tienen un retraso en sus importes del 30%. Por el aumento del precio del crudo —que cotiza en dólares— y la devaluación del peso frente al dólar, que es imposible de medir porque nadie sabe hasta dónde puede llegar.
En el mercado de los combustibles, Aranguren había prometido un congelamiento tarifario entre mayo y julio. Lo había hablado con las principales petroleras locales y estuvo en efecto por unas semanas. Pero ese entendimiento se realizó cuando el dólar rondaba los $22.
La pregunta es, si el gobierno va a seguir improvisando para detener la subida del dólar o la devaluación, o como queramos llamarla, o si va a tomar alguna medida sería con autoridad para frenar la corrida y que la economía empiece de una vez por todas a caminar a paso firme.